Todo parecía más o menos normal este mes de septiembre, pero cuando dobla la primera quincena se desbaratan todas las costuras sociales, económicas y políticas. Los informes de pobreza en España dan para mucho. Los datos dicen que tenemos una población en el umbral de la pobreza, casi al límite, y no se explica la bonanza social con esos datos. Una de dos, o se han leído de forma interesada o el peso de la economía sumergida es mayor de lo que pensamos, hasta el punto que permite vivir en ese umbral sin necesidad de ningún estallido social.
En educación el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) daba unos datos de abandono escolar muy llamativos, puede que estos datos sirvan para explicar la crisis en España, no es su conjunto evidentemente, pero sí para señalar la baja cualificación de la población activa española, y de ahí, entre otras cosas, el fomento y promoción de la formación profesional de calidad y no repartir diplomas por “antigüedad”.
Las costuras de la economía ya resisten con bastante dificultad las tensiones a la que está sometida, sobre todo por la incapacidad del sistema financiero mundial para auto-limpiarse de todas las entidades que practican la economía de casino, y una vez más, para mantener todo ese entramado los bancos centrales acuden a “inyectar” liquidez a un sistema que hace aguas por todos lados, algo muy grave porque de su funcionamiento, lamentablemente, depende toda la sociedad.
Desde un plano estrictamente político, las elecciones en Estados Unidos, las tensiones en la América Latina, el papel de Rusia o los conflictos que se mantienen en el tiempo como Irak, Afganistán o Palestina ponen temperatura a esta segunda quincena de septiembre. Esperemos que la reunión en Chile de los países latinoamericanos [UNASUR] ayude a salir del atolladero en el que está Bolivia, por ejemplo.
En fin, que cada día que pasa la tensión es mayor y el peligro de quiebra aumenta, así que a preocuparse de lo que verdaderamente merezca ese esfuerzo y el resto de casos que pasen por ventanilla y pidan turno (en lo de las preocupaciones, me refiero).
En educación el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) daba unos datos de abandono escolar muy llamativos, puede que estos datos sirvan para explicar la crisis en España, no es su conjunto evidentemente, pero sí para señalar la baja cualificación de la población activa española, y de ahí, entre otras cosas, el fomento y promoción de la formación profesional de calidad y no repartir diplomas por “antigüedad”.
Las costuras de la economía ya resisten con bastante dificultad las tensiones a la que está sometida, sobre todo por la incapacidad del sistema financiero mundial para auto-limpiarse de todas las entidades que practican la economía de casino, y una vez más, para mantener todo ese entramado los bancos centrales acuden a “inyectar” liquidez a un sistema que hace aguas por todos lados, algo muy grave porque de su funcionamiento, lamentablemente, depende toda la sociedad.
Desde un plano estrictamente político, las elecciones en Estados Unidos, las tensiones en la América Latina, el papel de Rusia o los conflictos que se mantienen en el tiempo como Irak, Afganistán o Palestina ponen temperatura a esta segunda quincena de septiembre. Esperemos que la reunión en Chile de los países latinoamericanos [UNASUR] ayude a salir del atolladero en el que está Bolivia, por ejemplo.
En fin, que cada día que pasa la tensión es mayor y el peligro de quiebra aumenta, así que a preocuparse de lo que verdaderamente merezca ese esfuerzo y el resto de casos que pasen por ventanilla y pidan turno (en lo de las preocupaciones, me refiero).
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