martes, 17 de febrero de 2009

INSOMNIO Y OCTAVIO PAZ




Insomnio, maldito insomnio que me acompañas sin que te llame y te metes conmigo en la cama. Maldito insomnio que me haces dar vueltas y más vueltas; que se me acaban las ovejitas para contar porque no me dejas en paz; que no respetas que al día siguiente tengo que ir a trabajar, que te burlas de mi cansancio, de mis ojeras, de mi dolor de cabeza. Insomnio, ojalá pudiera maldecirte y condenarte a descansar. Sería un poquito más feliz.

Octavio Paz lo también se acuerda del insomnio, y le dedica estos versos:

APUNTES DEL INSOMNIO

1

Roe el reloj

mi corazón,

buitre no, sino ratón.

2

En la cima del instante

Me dije: “Ya soy eterno

en la plenitud del tiempo.”

Y el instante se caía

en otro tiempo, abismo sin tiempo.

3

Me encontré frente a un muro

y en el muro un letrero.

“Aquí empieza tu futuro.”

(1944)

INSOMNIO

Quedo distante de los sueños.

Abandona mi frente su marea,

avanzo entre piedras calcinadas

y vuelvo a dar al cuarto que me encierra:

aguardan los zapatos, los lazos de familia,

los dientes de sonreír

y la impuesta esperanza:

mañana cantarán las sirenas.

(Y en mi sangre

Otro canto se eleva: yo no digo

Mi canción sino a quien conmigo va…).

Sórdido fabricante de fantasmas,

de pequeños dioses oscuros,

polvo, mentira en la mañana.

Desterrado de la cólera y de la alegría,

sentado en una silla, en una roca,

frente al ciego oleaje: tedio, nada.

Atado a mi vivir

y desasido de la vida

(1933)

Octavio Paz, Libertad bajo palabra. CÁTEDRA, Letras Hispánicas, 1988

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