jueves, 30 de mayo de 2013

SE ACABÓ

Ya está, ya echaron el cierre, bajaron el telón y recogieron todo. El telechantaje cerró el espectáculo y ahora toca rentabilizarlo hasta la próxima ocasión, porque sólo hay que sacar del trastero algunas cosas, desempolvarlas un poco y a comenzar de nuevo. Los pobres ya vienen de sí, porque el 29 de mayo de 2014 seguiremos aquí y no en Arcadia; porque ese mismo día la sensiblería, que no sensibilidad seguirá igual o parecida. Somos de lágrima fácil, unos más que otros, y basta conque nos echen una fogalera en el monte, en la trastienda de un escenario, o unos perros abandonados para derramar lágrimas, sobre todo si hay una cámara de televisión. Sí esas lágrimas llenan pantallas. Así creo que somos, unos más que otros, y así seremos.

            Del otro chantaje también debo decir algo, así que me planteo la pregunta: ¿Qué empresa, qué institución y/o chiringo de barrio que recibe la llamada de turno se queda al margen? Primero, porque no aparecería en la recauchutada televisión en el momento oportuno y hay que rentabilizar la emoción; segundo, hay que evitar los potenciales comentarios insidiosos en las tertulias venideras donde se darán lustre y harán repaso de ausentes, poniendo a los pies de las emociones sensibleras de espectadores henchidos de emoción y solidaridad puntual. Así que no hay escapatoria. Tienes que estar. No me da pena.

            En fin esto es lo que hay y mientras no nos curemos, unos requieren más atención que otros, de esta sensiblería, los hechos se perpetúan y ya está preparado el próximo telechantaje, sólo hace falta que llegue la fecha.

            Ah, se me olvidaba y puesto que hoy se habla mucho de transparencia, ¿dónde van esos alimentos soleados y toda esa agua, que había mucha? Ah, no, no era eso, era el dinero, el papel moneda, que empresas y particulares han aportado, supongo será contrastado todo el recorrido de ese “capitalito”, porque sería interesante saber el camino desde su origen hasta su destino final. Cosas de la transparencia.

            Si ya se nos secaron las lágrimas, a unos antes que a otros, y eso de la solidaridad se le quita el espectáculo, seguro que en tu barrio, en tu calle hay quien puede necesitar de esa ayuda; si no es así o prefieres el anonimato total hay instituciones que pueden canalizar la “callada solidaridad”, porque la “desbordante solidaridad” hay que reservarla, junto con las lágrimas, para cuando estén las cámaras, al parecer dan muy bien en la pantalla.

domingo, 26 de mayo de 2013

LECTURAS: LOS PÁJAROS DE AUSCHWITZ. ARNO SURMINSKI



   Arno Surminski, Los pájaros de Auschwitz; Salamandra, 2013. Desconocía que un oficial de las SS, ornitólogo, había publicado un tratado sobre la vida de las aves en el entorno de Auschwitz, y que los dibujos los realizó un prisionero de ese campo.
Manifiesto públicamente mi desconocimiento –ignorancia total- acerca de la historia que sustenta la novela de


            Con este material Surminski construye su relato, que escribió sobre una fina línea que lo obliga a mantener un equilibrio en condiciones muy duras para no caer en el lagrimeo de El niño del pijama de rayas de John Boyne, 2006, ni en los relatos/descripciones de los supervivientes de los campos. Tarea nada fácil, porque otro recurso sería llenar el texto de metáforas dado que la historia se presta a ello: pájaros, libertad, presos, muerte…, sin embargo, el camino que toma el autor es el del relato poco explícito, sutil, casi de un observador ajeno a lo que allí sucede, incluso desconociendo lo que sucedía a su alrededor. Esto obliga al lector a construir las metáforas, o que sea él el que busque lo descarnado del relato.

            Nuestro ornitólogo, oficial de las SS, no lo olvidemos, siempre acompañado por su preso/dibujante se manifiesta preocupado, mucho, por lo que le pueda pasar a un pájaro que ha estado encerrado en un vagón que llega lleno de personas que van a ser gaseadas. No hay nada más que distraiga su interés por los pájaros, salvo su familia. La crueldad en grado sumo en la que está inmerso parece que le resbala, no hace mella en su conciencia. Hay otros ejemplos, pero es más recomendable la lectura, así que les dejo con algunos párrafos por si sirven para despertar su interés.

            “En el silencio que se hizo a continuación, Marek se atrevió a preguntarle al guardia por qué estaba en el campo.
            Grote lo miró asombrado
            -Jamás hagas preguntas de ese tipo –respondió.
            Marek inclinó la cabeza a modo de disculpa; decididamente, había ido demasiado lejos. “estos alemanes han aprendido a obedecer para no tener que pensar. Las órdenes son las órdenes, dicen cuando deben hacer algo a lo que como personas normales se negarían. Habrá recibido la orden de venir a este maldito campo. Como le interesaba la ornitología, se le habrá ocurrido investigar la avifauna en un campo de concentración, desde una óptica puramente científica, claro.” Marek lo consideraba un lance de fortuna.
            -Incluso de las circunstancias más adversas hay que sacar partido, mi querido Marek” [ob. cit. págs.. 43-44]

domingo, 19 de mayo de 2013

TENÍA QUE DECIRLO


     
Desde hace algunos días estaba intentando sentarme a escribir un rato sobre libros que leo, no piensen que hago crítica literaria, sólo leo y cuento lo que de esas lecturas extraigo, pero hace algo más de quince días se convocó una huelga, otras más, para rechazar en la calle la nueva reforma/contrarreforma del ministro Wert, y como es costumbre me sumé a la misma. No está escrito en ningún lado, pero en cada ocasión que se atenta contra la enseñanza pública o me meten la mano en el bolsillo para depauperar más, si cabe, mi salario allí estoy yo, de esta manera contribuyo con la consiguiente deducción a la apertura de los colegios en verano, la “inmersión en inglés” prometida, aunque no se sustituya a los profesores de baja, curiosamente de inglés.

            Con poco ánimo me fui a Weyler, allí arrancaba la manifestación, para ver las caras de siempre, con más arrugas, más michelines y canas, pero casi los mismos, salvo los que han sacado pasaporte para el más allá. Algún jubilado había, pero escasos en número. En fin, lo dicho allí de nuevo, pocos, pero no cobardes, aunque antes me fui a la presentación del nuevo libro de Miguel Ángel Aguilar, Españacontra pronóstico, Aguilar, 2013 en el Parlamento de Canarias. Este acto acabó con mis esperanzas porque la patética presentación de Antonio Castro Cordobez me llevó a la conclusión de que debo querer más a mi perro, que no tengo.

            El maestro, Miguel Ángel Aguilar mantuvo el tipo, no se sonrió ante la ignorancia manifiesta del Presidente del Parlamento y en una síntesis muy breve aludió a su independencia: “no manda a necios, ni sirve a pícaros”, a la necesidad de un periodismo libre, combativo y alejado de la sombra del poder y un repaso-recordatorio de lo frágil que es eso de la libertad y la democracia y cómo hay que hacer un esfuerzo permanente para mantenerla a salvo.

            Bueno, algo es algo, me queda el alivio de que se puede tener confianza en parte del género humano, pero siempre al acecho frente a estos vaivenes y retrocesos en los logros alcanzados.

            Para terminar y aclarar lo del poco ánimo con el que bajé de casa tengo que decir que en esos días estaba leyendo una novela de Rafael Chirbes, La Larga marcha, 1996; Anagrama, que ambientada en la posguerra estaba aplanando mi ánimo y sus páginas del pasado son premonitorias de un futuro, y no digo que lleguemos a una situación de violencia, de enfrentamiento como sucedió en el 36, pero Chirbes dice lo que sigue: “¿Verdad que los médicos no renuncian a curar a un niño enfermo pensando que, al fin y al cabo, se acabará muriendo, y que así le van a evitar sesenta o setenta años de sufrimiento inútiles? No, sino que lo curan de las primeras anginas, y luego de paperas, y acaban dándole medicinas y poniéndole sondas cuando tiene setenta años. Total, para que al fin se acabe muriendo. Bueno, pues la política es lo mismo. Los ciudadanos tenemos que curar y operar y poner sondas, aun a sabiendas que siempre triunfa el mal, que el poder acude por naturaleza a los peores”.

            En fin, que el pesimismo no cunda, pero lean a Chirbes, merece la pena, eso creo, y que la marejada que se lleva lo público acabe de una vez.