Arno Surminski,
Los
pájaros de Auschwitz; Salamandra, 2013. Desconocía que un oficial de
las SS, ornitólogo, había publicado un tratado sobre la vida de las aves en el
entorno de Auschwitz, y que los dibujos los realizó un prisionero de ese campo.
Manifiesto
públicamente mi desconocimiento –ignorancia total- acerca de la historia que
sustenta la novela de
Con este material Surminski
construye su relato, que escribió sobre una fina línea que lo obliga a mantener
un equilibrio en condiciones muy duras para no caer en el lagrimeo de El niño del pijama de rayas de John Boyne, 2006, ni en los relatos/descripciones
de los supervivientes de los campos. Tarea nada fácil, porque otro recurso
sería llenar el texto de metáforas dado que la historia se presta a ello:
pájaros, libertad, presos, muerte…, sin embargo, el camino que toma el autor es
el del relato poco explícito, sutil, casi de un observador ajeno a lo que allí
sucede, incluso desconociendo lo que sucedía a su alrededor. Esto obliga al
lector a construir las metáforas, o que sea él el que busque lo descarnado del
relato.
Nuestro ornitólogo, oficial de las
SS, no lo olvidemos, siempre acompañado por su preso/dibujante se manifiesta
preocupado, mucho, por lo que le pueda pasar a un pájaro que ha estado
encerrado en un vagón que llega lleno de personas que van a ser gaseadas. No
hay nada más que distraiga su interés por los pájaros, salvo su familia. La
crueldad en grado sumo en la que está inmerso parece que le resbala, no hace
mella en su conciencia. Hay otros ejemplos, pero es más recomendable la lectura,
así que les dejo con algunos párrafos por si sirven para despertar su interés.
“En el silencio que se hizo a continuación,
Marek se atrevió a preguntarle al guardia por qué estaba en el campo.
Grote lo miró asombrado
-Jamás hagas preguntas de ese tipo
–respondió.
Marek inclinó la cabeza a modo de
disculpa; decididamente, había ido demasiado lejos. “estos alemanes han
aprendido a obedecer para no tener que pensar. Las órdenes son las órdenes,
dicen cuando deben hacer algo a lo que como personas normales se negarían.
Habrá recibido la orden de venir a este maldito campo. Como le interesaba la
ornitología, se le habrá ocurrido investigar la avifauna en un campo de
concentración, desde una óptica puramente científica, claro.” Marek lo consideraba
un lance de fortuna.
-Incluso de las circunstancias más
adversas hay que sacar partido, mi querido Marek” [ob. cit. págs..
43-44]
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