jueves, 21 de marzo de 2013

LECTURAS: BAJO UNA ESTRELLA CRUEL. HEDA MARGOLIUS KOVÁLY


  

 Confieso que todavía no he terminado de leer Bajo una estrella cruel. Una vida en Praga 1941-1968, Heda Margolius Kovály (1919-2010); Libros del Asteroide, 2013. No es mi costumbre escribir sobre una obra inacabada, pero en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, lo voy a hacer y básicamente por lo que he leído cuando llegué a la página 100 y que dentro de poco voy a transcribir, y lo hago porque lo que dice viene a la actualidad como anillo al dedo, como mandado a pedir por encargo. Además, y a título orientativo no es literatura concentracionaria como en un principio se pueda pensar y ya directamente catalogarlo como “un libro más sobre el Holocausto”. No, no es así, pero esa parte tienen que descubrirla si les apetece su lectura, y sobre todo como Heda a su sufrimiento une el escepticismo por el camino a tomar después de finalizada la guerra. Me reprimo y no les cuento más, pero si transcribo lo que leí en la página 100.

            “Aun así, yo no quería meterme en política. Me decía una y otra vez: “lo único que quiero es una vida normal y tranquila”. Pero acabé dándome cuenta de que una vida tranquila y sencilla ni es normal, ni se logra fácilmente. Para poder vivir y trabajar en paz, criar hijos y disfrutar de las pequeñas y grandes alegrías que ofrece la vida, no sólo es necesario encontrar la pareja adecuada, escoger la ocupación adecuada y respetar las leyes del país y de la propia conciencia, sino, sobre todo, debe existir una sólida base social sobre la que construir dicha vida. Es necesario vivir en un sistema social con cuyos principios y fundamentos uno esté de acuerdo, bajo un gobierno en el que se pueda confiar. No se puede construir una vida privada feliz en una sociedad corrupta, del mismo modo que no se puede construir una casa sobre el fango, hay que poner antes los cimientos”.

            Pues después de leer esto a mi me queda poco que añadir sobre el particular y seguiré con fruición en la lectura, porque seguro que me aguardan páginas que van a estremecer. Espero que el párrafo anterior despierte su curiosidad y decidan que Heda y su obra son merecedoras de su tiempo. Que la disfruten si concluyen leerla.

domingo, 17 de marzo de 2013

CINE: EL CHICO DEL PERIÓDICO. LEE DANIELS


           Confieso que sabía bien poco de esta película cuando recibí el aviso de invitación que Renoir-Price me hacía para el preestreno. Un grupo de actores significativo, un director que le gusta escarbar allí donde la sociedad se vuelve pantanosa y poco más.

            Lee Daniels en El chico del periódico, 2012 nos traslada a finales de los sesenta en el estado de Florida. Historia truculenta de asesinato y condena poco clara, personajes de los márgenes de la marginalidad, sí, así como suena. Lee Daniels usa para desbastar a cada uno de ellos sus debilidades, mostrando en escenas demasiado truculentas lo que cualquier espectador medio intuye, sabe y no necesita de ciertas escenas, que además no aportan nada nuevo. El resultado es una historia que se pierde en el efectismo visual. Es verdad que Nicole Kidman está despampanante en su papel, pero poco más que destacar.

            Realmente creo que hay que ser muy fan de alguno de los actores o del director para pasar por taquilla para ver el chico del periódico. Espero encontrar historias mejor contadas, porque Lee Daniels sí sabe contarlas, aún en ese mundo ciénaga donde parece le gusta encontrar a sus protagonistas.


sábado, 16 de marzo de 2013

CINE: EN LA NIEBLA. SERGEI LOZNITSA

Contar una historia en la que el protagonista tiene que defender su dignidad frente a quienes no le creen, puede resultar una tarea ardua. Sergei Loznitsa, En la niebla, 2012 desarrolla esta trama en la zona soviética ocupada por los alemanes en 1942. Nadie cree a nuestro protagonista y con el fatalismo que rodea la situación y la incapacidad para obtener el reconocimiento de sus convecinos, en algo más de dos horas y en planos-secuencia larguísimos  y algunos de una belleza sin igual la niebla traspasa la pantalla y se te pega a la piel.

            Lo enmarañado del bosque donde se desarrolla la acción viene a ser igual de intrincado y borroso el recorrido por conceptos que en otras situaciones son bien marcados y definibles. El honor, el heroísmo, la abnegación, el miedo, la amistad, enemistad, odio o amor forman una nebulosa que envuelve al protagonista y todo lo que le rodea.

            Hasta el silencio se hace audible en muchos momentos de la película y eso la hace acogedora, o mejor sobrecogedora desentrañando los vericuetos del bosque, que, al parecer, son los que no tienen salida para ver donde recuperar la dignidad. Sushenya, el protagonista, ve su futuro dibujado en la niebla y en el barro, pero aún así se reivindica.

            Recomendable solo si tienes la paciencia para ver cine donde te cuentan una historia en la que la acción pasa a un ritmo casi de sucesión de imágenes fijas. Me gustó.