domingo, 25 de septiembre de 2011

LECTURAS: CUALQUIER OTRO DÍA. DENNIS LEHANE

Con cierta pena llegué a la página 728 de Cualquier otro día, Círculo de Lectores, 2011; del escritor Dennis Lehane. Pena porque Cualquier otro día es un retrato detallado de lo que sucede en Boston en un momento crucial de la historia, no solo de la ciudad de Boston, sino de la Humanidad casi. Los últimos estertores de la I Guerra Mundial, el momento previo de la Gran Depresión, el racismo o el temor a lo que estaba sucediendo en la Unión Soviética son componentes más que destacados para que la obra tenga un interés intrínseco y sea un reto para el autor abordar este entramado.
           
            Lehane con los personajes que dibuja, el policía reivindicativo, los negros Luther y Babe; el primero alguien de la calle, que se mueve en el sustrato más bajo y que da por bueno estar en Boston, llega huyendo, pero en esa ciudad se ahorcan pocos negros; Babe es un negro triunfador, no en el boxeo, más propio en este momento, pero sí en el beisbol. Este triángulo tiene otras conexiones que colocan al lector frente a un friso de personajes y situaciones en las que los intereses, los miedos, la reacción a la famosa epidemia de gripe, o a los bolcheviques, por ejemplo, y el ejercicio del poder con pocos controles y menos escrúpulos nos conducen, casi como espectadores de una proyección de la vida en la ciudad, perfectamente delineada y solo se echan en falta los aromas y pestilencias de la misma.

            Puede que las distintas tramas que se organizan den la impresión de un abigarramiento presuntuoso o un intento desmesurado de abarcar distintas historias, aunque es cierto que Lehane logra un equilibrio entre ellas y mantiene el interés del lector sobre todas. No quiero desentrañar su contenido, pero nuestro protagonista blanco, policía y en huelga da mucho juego a lo largo de la obra y su protagonismo nos conduce por momentos estelares en la lectura.

            Les dejo con algunos párrafos y espero que si deciden leer Cualquier otro día, les resulte interesante.
            Danny observó a Johnny Green acercarse y vio algo en su mirada que no le gustó, algo desconectado. Johnny Green miró al público, miró al ring, miró a Danny pero no vio nada. De hecho, lo miraba todo y a la vez miraba más allá de todo. Era una mirada que Danny ya había visto antes, particularmente en las caras de individuos borrachos como cubas o de víctimas de una violación.
            Steve se acercó por detrás y le cogió el codo.
            -Mills acaba de decirme que ésta es su tercera pelea en veinticuatro horas.
            -¿Cómo? ¿De quién?
            -¿De quién? De Green. Anoche tuvo una en el Crown de Somerville, esta mañana ha disputado otra en los apartaderos de Brighton, y ahora aquí lo tienes.
            -¿Cuántos asaltos?
            -Por lo que sabe Mills, anoche fueron trece como mínimo. Y perdió por KO.
            -¿Qué hace aquí, pues?
            -El alquiler –contestó Steve-. Dos hijos, una mujer encinta.
            -¿Por el puto alquiler?
            El público se había puesto en pie: las paredes temblaban, las vigas vibraban. Si el techo salía disparado hacia el cielo, Danny no se sorprendería. Johnny Green accedió al cuadrilátero sin bata. Se detuvo en su rincón y golpeó un guante contra otro, con la mirada fija en algo dentro de su cráneo.
            -Ni siquiera sabe donde está –observó Danny.
            -Sí, sí que lo sabe –contestó Steve-, y ya viene hacia el centro. [ob. cit. págs. 48-49]

PUEDE OCURRIR (SEGUNDA PARTE)


A finales del pasado mes de agosto y después de leer un artículo de Joaquín Estefanía y en él una cita de Keynes, me atrevía a señalar que la opción de un conflicto armado, localizado en Europa era factible, y además creo que no andaría muy errado si me atrevo a afirmar que hasta deseado.
            No, no es esta afirmación el producto de una mente calenturienta azota por el verano y menos influenciada  por los “cigarritos de la risa”. La realidad es lamentablemente creo que más cruel y hoy, mientras leía El País, concretamente la crónica de Andreu Misse desde Bruselas se me encendieron las alarmas. Transcribo el primer párrafo de dicha crónica: "La semana pasada me encontré en el aeropuerto con un colega que había trabajado conmigo en el Ministerio de Finanzas y ahora es presidente de un gran banco. Hablamos de la crisis de la zona euro y me dijo: 'Después de todas estas conmociones políticas y económicas que estamos pasando va a ser muy raro que en los próximos diez años podamos escapar sin una guerra, así que estoy pensando en sacar la green card para mis hijos y emigrar a Estados Unidos". La anécdota fue contada en el pleno del Parlamento Europeo el pasado día 14 por Jacek Rostowski, ministro de Finanzas de Polonia, que ostenta la presidencia de la Unión. "Esto no podemos permitirlo", apostilló el ministro tras afirmar que "Europa está en peligro". [Leer más]. La voz autorizada solo muestra que la idea no es descabellada y es posible que los analistas barajen tal hipótesis de cara al futuro inmediato de Europa.
            Al parecer solo nos queda esperar al grueso de ciudadanos/consumidores y desear que no se cumplan los peores vaticinios, porque Europa ya ha sido escenario de los mayores conflictos y aberraciones contra la Humanidad y que se repitan dirá poco del género humano, así que manos a la obra y a esperar pacientemente.

domingo, 11 de septiembre de 2011

LECTURAS: B-17G. PIERRE BERGOUNIOUX


En sesenta y dos páginas (el libro tiene 75 porque incluye el postfacio de Pierre Michon) Pierre Bergounioux (ed. Alfabia, 2011) reúne una serie de reflexiones sobre la guerra, sus protagonistas y lazos que cohesión a quienes se juegan la vida en el frente de batalla.
            Las imágenes, en blanco y negro, borrosas tomadas desde un caza alemán en las que un B-17 acaba convertido en la bola de fuego es el arranque de sus reflexiones. Un recuerdo de su infancia da pie a un análisis de cómo la primera mitad del siglo XX, tremendamente convulso, donde los cambios ya en el tiempo se sucedían a una velocidad antes desconocida en la Historia. Una generación, como afirma Marc Bloch fue testigo de cambios sustanciales en la Humanidad.
            La tecnología puesta al servicio de la guerra permite ver como aquella máquina de guerra, concebida para matar, que lleva en sus entrañas a una tripulación que ha creado unos lazos, unas afinidades marcadas por un objetivo común: la lucha contra el mal, podrá acabar convertida en un amasijo de hierros retorcido, aún así ese objetivo cohesionaba a unos jóvenes que sabían que en cada una de las misiones, sobre objetivos militares o sobre las ciudades alemanas, podían dejar su vida.

            ¿Qué pasa por la cabeza de esos jóvenes tripulantes que ven llegar a su estela la muerte? El lector puede tener argumentos suficientes para su imaginación haga el recorrido en cada una de esas misiones. La artillería aérea les busca, los cazas revolotean como avispas que clavan su aguijón de muerte en aquel grupo que se desplaza pesadamente como una manada de elefantes o grandes ballenas que se mueven majestuosamente, sin prisa aparente.

            Una óptica distinta nos pondría en el lugar del cazador que con su acción y en breves segundo puede convertir una máquina de guerra y a sus guerreros con sus habilidades y sentimientos en algo irreconocible, amorfo y ataúd envuelto en llamaradas de su tripulación, esto solo con apretar el disparador de sus ametralladoras. Cada cartucho que escupen sus armas es como un telegrama de muerte.
            Muy interesante su lectura y relectura. Da para un rato, y luego si esa lectura enciende nuestras calderas imaginativas y prende la llama de los por qué, mejor que mejor. Recomendable, así que les dejo con algunos párrafos.

            Se me olvidaba, incluyo unas imágenes encontradas en internet y la reseña de una película, Memphis Belle, 1990 del director Michael Caton-Jones que puede poner cara y voz a todo lo que rodea a la guerra vista desde los ojos de unos jóvenes que saben que están allí para lugar contra el mal, algo tan impreciso pero tanta cohesión logró.
           

            “El viento confinado en Europa desde la antigüedad cambió de cama, llevado hacia lo lejos, a América y la Unión Soviética, por vientos de tempestad. Por supuesto fue en las viejas capitales, Varsovia, Rotterdam, Londres, San Petersburgo-Leningrado, Berlín donde cayó la lluvia de fuego y los tesoros acumulados desde el final de la Edad Media y hasta los confines del continente asiático, quedaron carbonizados; y a estos hay que añadir los hombres, las mujeres y los niños a los que una Alemania demente quemó en sus hornos. Pero fueron los habitantes del Nuevo Mundo los que experimentaron aquel burbujeo formidable en el que quedaron atrapados desde las grandes masas hasta los más pequeños detalles, la totalidad de la vida. Vertieron la energía, el entusiasmo de la gente joven…” [ob. cit. pág. 26]


   

        

sábado, 10 de septiembre de 2011

LECTURAS: EL PENTATEUCO DE ISAAC. ANGEL WAGENSTEIN

                  Isaac Jacob Blumenfeld, el personaje de “El Pentateuco de Isaac”, Angel Wagenstein; Libros del Asteroide, 2008, con una ironía más o menos fina y mucho humor, afronta su recorrido vital por la primera parte del siglo XX, siglo apasionante pero convulso, y lo hace en centro Europa, allí donde las fronteras han cambiado como las estaciones, donde el Gran Imperio se desmembró en trozos que no lograban recomponer una estructura política estable por la agitación de los nacionalismos que chocaban frontalmente con la revolución que venía del este y las viejas rencillas locales.
            Isaac con ese panorama logró atravesar por vicisitudes propias de héroes de cómic. Nació austrohúngaro, luego fue ciudadano polaco, luego soviético y por último austriaco, así que sus señas identitarias referidas al lugar de nacimiento estaban muy difuminadas. Si esto parece poco, además tuvieron con él, con otros muchos también, la gentileza de recluirlo en un campo de trabajo nazi, su condición de judío, ya se sabe, pero también en los campos de trabajo en el “archipiélago”, los soviéticos no le consideraron un buen patriota, ya que estuvo detenido por los nazis.
            No, no piensen en heroicidades para explicar la vida de Isaac. Puede que haya sido su simpleza y afrontar la vida con un enfoque más displicente lo que le permitió atravesar la tormenta del siglo XX.
            Para intentar acercarles a esta obra les dejo con algunas de sus explicaciones, historietas, chistes con los que intenta explicar desde su óptica de judío los acto de fe de su religión, así como lo que vivió. Que la disfruten si deciden leerla.

Afirmación de Isaac: “Conste que jamás me he interesado por la política, pero la política sí se ha interesado por mí”. Pág. 16

Agradecimiento de Isaac: “¡Gracias, Dios mío, por tan alto honor!, ¿pero no pudiste escoger a algún otro pueblo?”. Pág. 17

Advertencia de Isaac: “Por favor, no busques lógica en mi destino, porque no es que yo empujara los acontecimientos, sino que éstos me empujaron a mí. N he sido la piedra del molino, ni el agua que la hace girar: he sido la harina. Y desconocidos han sido para mí los propósitos del Molinero, santificado sea su nombre por los siglos de los siglos y después del último de los siglos también.” Pág. 17

De su padre, sastre, buen sastre, aunque su especialidad era volver del revés los abrigos. La necesidad obliga, pero cuenta la anécdota del uniforme del dragón: “Cosió un uniforme rojo a un dragón de la Guardia de Su Majestad (yo, particularmente, jamás había visto a ningún dragón en nuestro pueblo). El cliente quedó muy contento al verse en el espejo, pero dijo: “lo único que no entiendo es por qué necesitaste todo un mes para hacer un uniforme normal y corriente, si vuestro Dios judío hizo el mundo en seis días”. A lo cual le contestó mi padre: “Pues, mire usted. Señor oficial, la chapuza que le salió y sin embargo, ¡fíjese en este precioso uniforme!” pág. 28

Claro que la conversión fue para muchos la salvación, la pérdida del estigma, aunque Isaac cuenta sobre el particular: “El judío converso Goldenberg, gran banquero, quien casó a su hija con el heredero del empresario Silberstein, converso también. Muy feliz el banquero comentó: “¡Siempre he soñado con un yerno como éste: un joven cristiano, rico y simpático, de buena familia judía!” pág. 30.

No hay duda sobre: “Y el séptimo día descansó”. Isaac lo reivindica de esta manera: El día festivo es un gran invento de los judíos de antaño. A nadie más se le había ocurrido que podía haber un día a la semana sin trabajo. Con tal ahínco defendieron su invento mis lejanos ancestros, que obligaron a Dios a que abreviara su trabajo a seis días y descansara el séptimo, como buen judío que es”. Pág. 32

Para ese festivo, el Sabbat, y no tocar el dinero también Isaac encuentra la forma de contarlo, y lo hace con este cuento/chiste. Dos judíos de pueblos cercanos discuten cuál de sus rabinos está más en contacto con Dios, y por tanto, tiene más capacidad para hacer milagros.
-Por supuesto que es nuestro, dice el primero. El pasado Sabbat nuestro rabí se encaminó hacia la sinagoga, pero de repente se puso a llover a cántaros. No es que nuestro rabí no tuviera paraguas, pero ya que el sábado no se debe hacer nada: ¿cómo lo iba a abrir? Miró al cielo, Jehová lo entendió enseguida y se hizo el milagro: por un lado la lluvia, por el otro, lluvia, y en el medio, ¡un pasillo seco hasta el propio templo! A ver, ¿qué me dices a todo esto?”.
-Pues escucha lo que te voy a contar: el Sabbat pasado nuestro rabí regresaba a casa después de rezar. En el camino se encontró un billete de cien dólares. ¿Cómo recogerlo, si es un pecado tocar el dinero? Miró al cielo, Jehová se dio cuenta y se hizo el milagro: por un lado, Sabbat, por otro lado, Sabbat, y en el medio, no me lo vas a creer, ¡era jueves! Pág. 33

viernes, 2 de septiembre de 2011

CINE: SUPER 8. J. J. ABRAMS

Ya vi super 8 del director J.J. Abrams y la producción de Steven Spielberg y no me gustó porque: (enumero las causas y no creo que haga falta ninguna aclaración más, pero estoy dispuesto a debatir cualquiera de los argumentos enumerados.

1- No me gustan las películas que cuentan historias de forma muy pobre y elemental.

2- No me seducen los efectos especiales. Son un reclamo fácil y simple para atraer al público.

3- Las situaciones de supuesto pánico, miedo, son sustos del nivel más simple y previsible (como el niño que se adelanta a los mayores y se esconde para asustarlos).

4- Donde los expertos ven un homenaje a John Williams por parte de Michael Giacchino, yo veo un simple guiño sin mucho esfuerzo.

5- El alienígena, muy muy feo, pero con gran corazón no seduce a pesar de esa mirada muy de ET.

6- Alienígenas que desean volver a casa, además de ET, encantador están los de District 9, 2009 del director Neill Blomkamp, que también quieren volver a su “casa”.

7- La apariencia de alienígena terrorífico se acentúa con la desaparición, con intento de susto, de ciudadanos corrientes y moliente;  la más trágica: la heroína, adolescente rubia. Se intensifica esa imagen de malvado cuando aparecen las víctimas como los “trofeos” del alienígena en la película Depredador, 1987 del director John McTiernan.

8- los niños protagonistas poco convincentes, no digo creíbles. Para actuación de un menor ver My Father, My Lord, 2007, del director David Volach. Lo mejor que he visto en mucho tiempo. Sobran las palabras y bastan los gestos, las miradas de ese niño y en el ambiente que vive.

             En fin, opinión de simple espectador, con miopía, que va al cine a disfrutar de una historia bien contada con alienígenas o no. Disfruten del cine en pantalla grande que hay otras opciones también.

District 9 - Official Trailer [HD]


DEPREDADOR

My Father, My Lord


jueves, 1 de septiembre de 2011

DOÑA ESPERANZA Y SU INQUINA A LO PÚBLICO


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, miente deliberadamente cuando para justificar los recortes en educación con medidas como el aumento de dos horas lectivas y la supresión de la las tutorías, entre otras dice: "La mayoría de los madrileños trabaja más de 20 horas". Miente porque sabe que el profesorado trabaja 37,5 horas semanales, de las que 18 son lectivas, en el aula para entendernos; el resto son labores de acción tutorial, guardias, atención a las familias, preparación de clases y labores burocráticas. Con el aumento de dos horas lectivas y supresión de las dos de tutoría, solo se consigue una merma de horas dedicadas a las actividades no lectivas enumeradas, que son de trabajo, aunque para la señora Aguirre no contabilicen, fundamentales para la marcha de un centro educativo, aunque ella y su equipo intentan ningunear ese trabajo.
Cuatro horas por cada docente funcionario, hay 25 000, son 100 000 horas detraídas de los centros (puede que sean algo menos por ser algunos cargos directivos, no estar directamente en los centros educativos…). Pongamos que son 80 000, que a 37,5 horas por trabajador, da algo así como 2 300 interinos que se quitan de en medio.
Ya sé que son cálculos hechos a vuela pluma, pero lo que sí es cierto es que esta “rebaja” de los costes educativos no salvará a la Comunidad de Madrid, y solo conseguirá erosionar más la calidad de la enseñanza pública, al tiempo que se coloca a los pies e los caballos a los docentes una vez más y con la vesania que da el despego hacia lo público y quienes trabajan en la enseñanza. Doña Esperanza la inquina le sale por los poros.