A finales del pasado mes de agosto y después de leer un artículo de Joaquín Estefanía y en él una cita de Keynes, me atrevía a señalar que la opción de un conflicto armado, localizado en Europa era factible, y además creo que no andaría muy errado si me atrevo a afirmar que hasta deseado.
No, no es esta afirmación el producto de una mente calenturienta azota por el verano y menos influenciada por los “cigarritos de la risa”. La realidad es lamentablemente creo que más cruel y hoy, mientras leía El País, concretamente la crónica de Andreu Misse desde Bruselas se me encendieron las alarmas. Transcribo el primer párrafo de dicha crónica: "La semana pasada me encontré en el aeropuerto con un colega que había trabajado conmigo en el Ministerio de Finanzas y ahora es presidente de un gran banco. Hablamos de la crisis de la zona euro y me dijo: 'Después de todas estas conmociones políticas y económicas que estamos pasando va a ser muy raro que en los próximos diez años podamos escapar sin una guerra, así que estoy pensando en sacar la green card para mis hijos y emigrar a Estados Unidos". La anécdota fue contada en el pleno del Parlamento Europeo el pasado día 14 por Jacek Rostowski, ministro de Finanzas de Polonia, que ostenta la presidencia de la Unión. "Esto no podemos permitirlo", apostilló el ministro tras afirmar que "Europa está en peligro". [Leer más]. La voz autorizada solo muestra que la idea no es descabellada y es posible que los analistas barajen tal hipótesis de cara al futuro inmediato de Europa.
Al parecer solo nos queda esperar al grueso de ciudadanos/consumidores y desear que no se cumplan los peores vaticinios, porque Europa ya ha sido escenario de los mayores conflictos y aberraciones contra la Humanidad y que se repitan dirá poco del género humano, así que manos a la obra y a esperar pacientemente.
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