De fosas y desaparecidos
El objetivo del movimiento por la memoria no es castigar a los responsables de la represión de la dictadura sino identificar a las víctimas, facilitar la información a sus familiares y permitir su digna sepultura.
FRANCISCO ESPINOSA MAESTRE 10/09/2008
La solicitud de información sobre desaparecidos realizada recientemente por el juez Garzón a diversas instituciones y organismos cierra de alguna forma un largo proceso iniciado hace tres décadas. Se entiende que unos y otros acordaran entonces no reproducir la guerra civil en el período de transición a la democracia, pero no se entiende que al mismo tiempo no decidieran proteger la documentación existente, ponerla en manos de profesionales y abrirla a la investigación y a la consulta en los plazos legales. Especialmente todo lo relativo a la represión del régimen franquista.
Más bien se hizo lo contrario: destruir documentos, no prestar el cuidado necesario a los que sobrevivieron y poner todo tipo de trabas a la investigación. Por defecto, primaba la restricción. Y esto fue así en los ochenta y en los noventa en todo lo relativo a la cuestión clave del pasado de la España actual: la represión franquista. No debía salir a la luz que bajo la "guerra civil fratricida" se ocultaba un brutal plan de exterminio aplicado allí donde triunfó el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, es decir, en más de medio país. Costó mucho trabajo acceder a las fuentes primarias que nos dieron la primera información sobre las víctimas del fascismo español. Bien sabemos esto los que tuvimos que recorrer decenas de juzgados para sacar los nombres de los que llegaron a ser inscritos en los Libros de Defunciones a lo largo de seis décadas.
Luego vinieron las exploraciones en otros fondos: la Causa General, el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, otros archivos militares, los archivos municipales... y, ya a fines de los noventa, los fondos judiciales militares. Todo muy lentamente y no precisamente en las condiciones deseables.
Fruto de este laborioso proceso investigador, realizado en todo momento contra corriente y sin ayuda oficial alguna en la mayoría de los casos, son las numerosas revelaciones que han ido apareciendo desde entonces y que permiten en la actualidad tener una idea aceptable aunque incompleta del proceso represivo. De ahí procede la cifra cercana a las 130.000 personas que refleja el informe, realizado por quien esto escribe, encargado por la dirección jurídica de las diligencias en curso y entregado al juez Garzón.
Coloquio sobre la Memoria Histórica
Hace falta dinero para poder recuperar a los asesinados
Para Mercedes Schwartz y el socialista Gustavo Matos, la providencia del juez Garzón es acertada y justa
09-09-2008
B. MOLINA | SANTA CRUZ DE TENERIFE ¿Es el momento adecuado para recuperar la memoria de los que fueron represaliados por el Franquismo? ¿La providencia dictada por el juez Garzón es un acto de cara a la galería? ¿Están las heridas cerradas o abiertas? Para Mercedes Schwartz, responsable de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tinerfeña, y Gustavo Matos, secretario de Política Municipal del PSOE en Canarias, está claro que hay heridas que siguen abiertas y que la providencia dictada por Garzón no sólo es acertada sino que "cuenta con el respaldo de todos los herederos de los desaparecidos".
Con estas premisas arrancó ayer en la Casa Elder el primer debate de la temporada del Club La Opinión, que se transformó en una charla-coloquio de hora y media de duración por la negativa a participar en el acto de representantes del PP y por la entusiasta participación del público asistente, moderados por el director de La Opinión de Tenerife, Joaquín Catalán.
Schwartz, nieta de José Carlos Schwartz Hernández, último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife, aplaudió la iniciativa de Garzón, aunque criticó que la Ley de Memoria Histórica tenga lagunas. La falta de presupuesto para llevar a cabo las exhumaciones y a qué organismos corresponde efectuarlas es una de ellas.
Cada día los periódicos aportan datos, opiniones y más sobre la última actuación del juez Garzón, la ley de Memoria Histórica, testimonios de familiares y de asociaciones que investigan sobre la represión de la dictadura. Hoy me he decidido a exponer mi opinión y me sirven de excusa un artículo de opinión y una noticia aparecidos en El País y La Opinión respectivamente. Sé que no es fácil seguir la corriente, pero voy a intentar explicar mi posición:
-Una de las zonas oscuras de la transición española fue el no rendir cuentas quienes tenían responsabilidades por delitos cometidos y que pueden ser tipificados como delitos de lesa humanidad.
-Que es de justicia conocer el paradero de todos los desaparecidos y tener un entierro digno, así como restaurar su memoria y que los culpables de aquellos delitos sean identificados.
-Que el modelo que nos dimos en aquel momento y poco o nada podemos lamentar ahora.
-Que la ley de Memoria Histórica aprobada a propuesta del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y con un de este mismo partido fue un paso adelante, pero un paso relativamente corto.
-Que la citada ley es una ley descafeinada y que no cumplió en el momento de su aprobación las enormes expectativas que en ella estaban puestas.
-Que el gobierno socialista no le ha dado, desde la aprobación, el empuje suficiente a esa ley para que se cumpliera en todos sus ámbitos.
-Que el vacío desde la aprobación de la ley ha hecho que la iniciativa privada de personas y asociaciones carguen con el peso de las investigaciones sin que el Estado y sus instituciones, cuerpos y fuerzas de seguridad, así como el ejército hayan mostrado toda la colaboración que de ellos se ha requerido.
-Que la iniciativa del juez Garzón, bien acogida por quienes llevan el peso de las investigaciones, personas particulares y asociaciones, sólo cubre las deficiencias que el Estado debería asumir. Se dicta dicha providencia de forma genérica y no sólo en los casos en los que instituciones privadas, caso de la iglesia, o públicas, que no se espera de ellas, se negaran a prestar la colaboración necesaria para desentrañar todos los casos de desaparecidos.
-Que criticar la desidia y poco interés prestado por el ejecutivo y en cadena la también desidia de gobiernos autónomos y municipales, no es, repito no es intentar ocultar nuestro pasado, sino todo lo contrario. Pedir mayor celeridad y dedicación en esta tarea.
- Por último en el caso de la noticia firmada por B. Molina y recogida en La Opinión se afirma: “Entre los asistentes a la charla-coloquio sobre la Memoria Histórica hubo quien apuntó importantes puntos de vista, como la Historia que aún se enseña en las escuelas "en la que se llama Alzamiento a lo que fue un golpe de Estado, y en la que no se les explica a los niños que hubo miles de asesinados. Se enseña una Historia neutra. Se deberían de reformular los libros de Historia de la ESO para borrar la dignidad de los que fueron asesinos y acabar con sus honores públicos, como nombres de calles y monumentos", enfatizó una mujer”. Se mezclan dos asuntos, uno es la enseñanza de la Historia en la escuela y otro los honores públicos y nombres de las calles. En el caso de la enseñanza que conozco algo, no se puede generalizar y decir que tipo de enseñanza de la historia que se hace, porque no es lo que comparto, soy profesor de Historia, lo que veo en mis compañeros de departamento y en las reuniones con colegas de la misma especialidad. Es cierto que habrá personas “neutras” cuando afrontan esta parte de la historia y habrá quien la justifique, pero si estoy seguro que una mayoría significativa de docentes le da el valor real y la trascendencia que tuvo el golpe del 36. Siempre oí que: “la guerra había sido un enfrentamiento entre curas y maestros y el resultado había sido...”. Lo de las calles y sus nombres es una lacra que creo que las corporaciones locales no afrontan por desidia y en muchos casos escasa formación.
Por último lo del desconocimiento de los jóvenes de forma generalizada es, como en muchos casos, un tópico, "los jóvenes no se enteran"; "los jóvenes sólo piensan en divertirse" y más cosas que se repiten. Pues si les puedo decir que hay jóvenes y mayores que no se preocupan ni ocupan de nada, lo del culto del cuerpo y las cirugías, por ejemplo, no es cosa de jóvenes solamente, sin embargo hay muchos, muchísimos jóvenes que si se preocupan y están ávidos de saber y conocer, lo que ocurre es que cuando se lee algo como lo que se recoge en este párrafo sólo les queda decir lo que decía Astérix cuando veía a los romanos en sus formaciones y desfiles, y decía “Estos romanos están locos”. Lo vivo cada curso que doy clase.
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