Pues a Soria, José Manuel, vicepresidente del Gobierno de Canarias le gusta el salmón. Hasta nada nuevo porque puede que nos guste a mucho y entonces vamos y lo compramos para prepararlo en casa o lo pedimos en un restaurante. Soria puede que también lo haga así, pero también tiene la oportunidad de ir a pescar salmón con un amigo que tenía, digo tenía porque ya se murió. Este amigo, al que también puede que le gustara el salmón lo llevó a pescar y como en Gran Canaria no salmones, salvo en Alcampo y Carrefour fueron a Noruega, creo, y no fueron en una línea de bajo coste sino en el avión del amigo que tenía.
¡Vaya amigo tenía José Manuel! Pues sí, era un amigo que, tenía para un avión privado y se dedicaba a eso del turismo, tenía camas hoteleras. Se supone que durante la pesca y como ahí el tiempo da para mucho hablaron de sus cosas, de lo cara que estaba la vida en ese momento, de lo difícil que era llegar a final de mes y de esas cosas que hablan los amigos cuando tienen ese momento de confianza. Seguro que no hablaron de sus cosas de trabajo, si tengo unas camas que agilizar, que si necesito el acuerdo del pleno del Cabildo de Gran Canaria para que se declare la obra como de interés general, en fin cosas farragosas y aburridas poco apropiadas para unos días de pesca.
Bueno, pues ahora después de varios años a alguien se le ocurre decir que Soria, José Manuel, tuvo que ver con eso de la declaración de interés general de esas camas hoteleras, más o menos tres mil quinientas, y eso que Soria era sólo el presidente del Cabildo en Gran Canaria, creo, o, ¿era presidente de la comunidad de vecinos? No estoy seguro, creo que era de la comisión de fiesta de su barrio. Bueno pues, lo dicho ahora se empeña la fiscalía anticorrupción en decir que puede haber cometido cohecho con eso de las camas hoteleras de su amigo. En fin y todo por lo del salmón.
Por cierto, ¿cómo le gusta a Soria el salmón?
PD.- Soria es el del bigote, que lo tiene desde aquel caso llamado "caso Eólico", ¿o antes?
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