domingo, 19 de octubre de 2008

A DOÑA ÁNGELA SIN ACRITUD


Para doña Ángela, no diré que con cariño, porque no la quiero pero si me apena que hablando poco, porque creo que habla poco, pero cuando lo hace deja al descubierto su lado más tenebroso y peligroso. Eso me preocupa porque en su afán purificador y de mantener la esencia, esa que quiere defender, a lo mejor soy de los "impuros", de los que no cumplimos con no se sabe qué requisitos que sus "amigotes" han pergeñado para el "bien" de los suyos. Pues bien de parte de los que sólo vamos a servir para hacer croquetas para perros., queremos que reflexiones querida Ángela, sobre todo, por el bien de esos que estamos en el otro lado de la línea que ustedes han trazado.

Por cierto, a doña Ángela la tengo en mi "altar" particular, aunque no sé si a la derecha o a la izquierda del obispo. Todos tenemos nuestro "altar", creo.


CAMINOS DE ALTA FIESTA

¿Adán y Eva eran negros?

En África empezó el viaje humano en el mundo. Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta. Los diversos caminos fundaron los diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de los colores.

Ahora las mujeres y los hombres arcoíris de la tierra, tenemos más colores que el arcoíris del cielo; pero somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen de África.

Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido.

DE LÁGRIMAS SOMOS

Antes de que Egipto fuera Egipto, el sol creó el cielo y las aves que lo vuelan y creó el Nilo y los peces que lo andan y dio vida verde a sus negras orillas, que se poblaron de plantas y animales.

Entonces el sol, hacedor de la vida, se sentó a contemplar su obra.

El sol sintió la profunda respiración del mundo recién nacido, que se abría ante sus ojos, y escuchó las primeras voces.

Tanta hermosura dolía.

Las lágrimas del sol cayeron en tierra y se hicieron barro.

Y ese barro se hizo gente

ESPEJOS –una historia casi universal-

Eduardo Galeano; Siglo XXI, 2008

EDUARDO GALEANO


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