De cómo ahuyentar votos
La candidata republicana a vicepresidenta de EE.UU. Sarah Palin acompaña a McCain, pero parece un agente de Obama: cada vez que habla, o casi, recorta entusiasmos por la fórmula del partido que alguna vez fue de Abraham Lincoln. Una reciente encuesta del Pew Center de Arlington midió la temperatura electoral de la riflera de Alaska: a mediados de septiembre contentaba al 54 por ciento de los consultados y disgustaba al 32 por ciento: hoy esas cifras son del 44 y 49 por ciento, respectivamente. Palin sobre todo alejó a las mujeres de menos de 50 años: el 60 por ciento se muestra ahora contra su candidatura, un buen salto desde el 36 por ciento de septiembre (people-press.org, 21-10-08). La que fuera “vedette” –así la llaman– de la convención republicana padece una crítica tras otra. Cabe reconocer que hace lo que puede para ganárselas.
“¿Qué labor cumplen los vicepresidentes?”, le preguntó el periodista de una filial de la NBC en Colorado. Respuesta de la entrevistada: “Están a cargo del Senado de EE.UU., de modo que si quieren, pueden realmente, en contacto con los senadores, lograr una gran cantidad de buenos cambios políticos” (www.thinkprogress.org, 22-10-08). El artículo 1º de la Constitución norteamericana dice: “El vicepresidente de Estados Unidos será presidente del Senado, pero no tendrá voto a menos que se produzca un empate en la votación”. Parece que Mrs. Palin no ha leído el texto de la ley suprema del país, pero se trata de un detalle y no hay por qué ser detallista. John McCain, evidentemente, no lo es. El domingo 26 declaró que la señora era la más calificada de todos los aspirantes a ocupar el cargo de los últimos tiempos. No tiene de otra, él la seleccionó entre las figuras de su partido. ....[+]
Que cualquiera puede ser presidente en los Estados Unidos no es una novedad y el ejemplo es el actual presidente que se ahoga comiendo galletas y caminado al mismo tiempo.
Pues en esa línea está la actual candidata a la vicepresidencia de los EE UU, Sarah Palin. Juan Gelman con maestría habitual la retrata. No dejen de leerlo.
PD.- El apodo de "riflera" es apropiado del propio Juan Gelman
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