No podía creerlo 2666 de Roberto Bolaño [1953-2003], mejor libro del año 2008 según la revista TIME (1
0-11-2008). Al fin lo habían descubierto. La obra póstuma de Bolaño, inmensa, compleja pensada en un principio –antes de su muerte- en la publicación por separado de sus cinco partes, sin embargo el resultado una publicación conjunta. Ignacio Echeverría en septiembre de 2004, dice en una nota a la primera edición: “2666 se publica por primera vez póstumamente, más de un año después de la muerte de su autor. Es razonable, pues, preguntarse en qué medida el texto que se ofrece al lector se corresponde con el Roberto Bolaño hubiera dado a la luz de haber vivido lo suficiente. La respuesta es tranquilizadora: en el estado en que quedó a la muerte de Bolaño. La novela se aproxima mucho al objetivo que él trazó. No cabe duda que Bolaño hubiera seguido trabajando más tiempo en ella; pero sólo unos pocos meses más: él mismo declaraba estar cerca del final, ya sobrepasado ampliamente el plazo que se había fijado para terminarla.”
Puesto que están descubriendo su obra nos hemos de congratular todos por las horas de placer que va a ofrecer a los lectores. A mi 2666 me cautivó desde el comienzo. Las peripecias de los cuatro profesores de literatura en busca del enigmático Archimboldi; posterior “aterrizaje” en ciudad Juárez y las narraciones de los asesinatos de las jóvenes que trabajaban en las “maquilas” son una delicia narrativa.
El Gaucho insufrible, Anagrama 2003 es menos conocida que 2666, pero son destacables los cuentos contenidos en esta obra y algunos textos, muy ácidos, corrosivos que completan las narraciones cortas. Me permito transcribir parte de ellos:
LOS MITOS DE CTHULHU
Para Alan Pauls
Permitidme que en
esta época de sombría empiece con una afirmación llena de esperanza. ¡El estado actual de la literatura en lengua española es muy bueno! ¡Inmejorable! ¡Óptimo!
Si fuera mejor incluso me daría miedo.
Tranquilicémonos, sin embargo. Es bueno, pero nadie detener un ataque al coraón. No hay nada que induzca a pensar en un gran sobresalto.
Pérez-Reverte, según un crítico llamado Conte, es el novelista perfecto de España. No tengo el recorte donde afirma eso, así que no lo puedo citar literalmente. Creo recordar que decía que era un novelista más perfecto de la actual literatura española, como si una vez alcanzada la perfección se pudiera seguir perfeccionándose. Su principal mérito, pero esto no sé si lo dijo Conte o el novelista Marsé, es su legibilidad. Esa legibilidad le permite ser no sólo el más perfecto sino también el más leído. Es decir: el que más libros vende.
Según este esquema, probablemente el novelista perfecto de la narrativa española sea Vázquez Figueroa, que en sus ratos libres se dedica a inventar máquina desalinizadoras o sistemas desalinizadores, es decir artefactos que pronto convertirán el agua del mar en agua dulce apropiada para regadíos y para que la genta se pueda duchar e incluso, supongo, apta para ser bebida. Vázquez Figueroa no es el más perfecto, pero sin duda es perfecto. Legible lo es. Ameno lo es. Vende mucho. Sus historias, como las de Pérez Reverte, están llenas de aventuras. El Gaucho insufrible, pág. 159-160
Fragmento de 2666
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