El regreso de la bandera de Azaña
Un escolta del presidente republicano guardó la enseña durante 68 años
TEREIXA CONSTENLA - Madrid - 04/11/2008
Hace hoy 68 años, de madrugada, murió en un hotel francés el presidente de la II República, Manuel Azaña. Lo hizo exiliado y casi acorralado, rodeado de algunos incondicionales como el escolta Juan Gregory de Valdés, que montaba guardia a la puerta de su habitación para defenderle frente a una hipotética detención o secuestro.
Hace hoy 68 años, de madrugada, murió en un hotel francés el presidente de la II República, Manuel Azaña. Lo hizo exiliado y casi acorralado, rodeado de algunos incondicionales como el escolta Juan Gregory de Valdés, que montaba guardia a la puerta de su habitación para defenderle frente a una hipotética detención o secuestro. En aquellos días finales, Azaña sufrió constantes afrentas, aunque la última la recibió cuando ya nada le importaba. Ya había muerto.[+]
En marzo de 1996 me regalaron las memorias políticas de Manuel Azaña; Mondadori, 1978. La dedicatoria decía así: “Madrid, marzo 1996. No sé si mañana España será republicana, pero estoy seguro que estos libros te servirán para conocer y admirar la figura de un republicano que sin duda nos servirá de inspiración. Con cariño. Quique”.
Hoy pasados algunos años he vuelto a releer algunas cosas líneas después de ver la noticia que publica El País, sobre el regreso de la bandera republicana que cubría el féretro de Manuel Azaña en el momento del enterramiento.
Sus memorias comienzan así: No me propongo contarle al público mi vida personal entera. Narrada por modo directo, según los epígrafes usuales, importaría poco. Elaborar observaciones y experiencias, como ahora puedo verlas por reflexión en mi espíritu, y transportarlas a una versión más amplia, más libre que el relato biográfico, me forzaría a meter estrechamente en estas páginas la materia de los libros que no he escrito. Mi designio es otro. Las violentas fortunas de la política me han arrebatado tarde y por breve tiempo. Desquite de la brevedad, su violencia
Manuel Azaña
Madrid: 1931
2 de julio
Ayer tarde, un poco menos atareado, fui al Ateneo cerca de las ocho. Metido en mi despacho, no vi a nadie más que al conserje. Arriba había una conferencia, de las de mírame y no me oigas. Vi unos papeles y aburrido llameé a Guzmán [Martín Luis Guzmán], que estaba en el Regina. Le recogí en la calle de Alcalá y dimos un paseo hasta El Pardo, ya de noche. Tronaba y relampagueaba. Fresco en la orilla del río. Guzmán me cuenta las ocurrencias de Valle-Inclán, que acaba de ser derrotado como candidato lerrouxista en Galicia. Recordamos el furor antiguo de Valle contra Lerroux, y su tema: que sólo los sinvergüenzas podían ser republicanos.
PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA -14 DE abril de 1931 -
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