Tarde desapacible, algo de frío en la calle y el viento que juega con las hojas manchadas de barro al caer en los charcos de los jardines de La Zarzuela. Detrás de los cristales blindados del pequeño salón de la planta baja, decorado estilo “remordimiento español”, dos damas toman té, porcelana china y cucharillas de plata fina ocupan la pequeña mesa que está entre dos cómodos sillones de orejas –creo que se llaman así- que da asiento a sus ilustres posaderas. Una de las damas de este retrato, doña Sofía, consorte de Don Juan Carlos, reina, por tanto, viste traje chaqueta gris plata y a su cuello collar de perlas, simple; la otra dama de verde botella su vestido y pendientes de plata fina. Doña Pilar se dedica a lo que ella considera periodismo –ahora es experta zarzuelóloga –este “palabro” se me acaba de ocurrir-, digo que es experta en los asuntos cotidianos de La Zarzuela, la casita de doña Sofía.
Este es el retrato de estas dos mujeres que en el ratito que están allí sentadas hablan de lo divino y de lo humano, y Pili –ya hay confianza- que es algo cotilla le suelta hilo a doña Sofía –no hay confianza- para diga y diga, y ella dice, y dice cosas que Pili luego cuenta en un libro –libro que le va a salvar el fin de año-. Del contenido del libro ya se han hecho eco los medios de comunicación –promoción gratuita para Pili- y al parecer algunas personas se han escandalizado de lo que opina doña Sofía sobre lo divino y lo humano. Presto el equipo de emergencias ha salido a desmentir lo dicho. A Pili no le ha gustado esto, bueno eso parece porque el libro tiene una buena promoción y eso es lo que importa.
Yo no sé donde está la sorpresa, porque creo que muchos intuíamos lo que pensaba porque se le ve a doña Sofía -no hay confianza- muy católica, apostólica y casi norteamericana, pues que va a opinar de las parejas de homosexuales, del aborto, de la eutanasia y de todos esos temas. ¿Alguien esperaba que diera vivas a la República, que pidiera el aborto libre y gratuito? Pues no, no iba a hacerlo y lo que dice Pili que ha dicho está dentro de lo normal en doña ella –es que no hay confianza-.
Doña ella sabe que está donde está porque en un momento dado –murió el dictador- se optó por una fórmula de compromiso para determinar el modelo de Estado. La Jefatura del Estado Español quedaba en manos de la monarquía, y salió lo que salió. Ella y su consorte han jugado su papel, el que le asignaron y ahí siguen. En algún momento, espero verlo y participar, a los españoles se nos darán las facilidades oportunas para poder discutir la fórmula de compromiso a la que se optó en su momento para la Jefatura del Estado y así poder decidir libremente el modelo de estado, mientras tenemos que seguir –con dignidad- aguantando una institución muy alejada de lo que es un principio fundamental en democracia: el derecho de la ciudadanía para decidir sobre todo lo que le atañe, todo.
En fin que el asunto no asusta, no da para más, pero ha llenado espacios de radio televisión y páginas de periódicos. Es la alternativa a los porcentajes de las bolsas.
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