Andrés Neuman ha ganado el premio Alfagura de novela 2009. No voy a decir que estamos de enhorabuena, lo está él, seguro, porque la cuantía del premio es significativa. Pero creo que la valía de Neuman no será mejor o peor por un premio más o menos, sólo se puede medir por la satisfacción que producen sus textos. Yo, a la espera de su nueva novela me quedo con Una vez Argentina, Anagrama, 2003, porque es una novela de novelas, en las que las historias de personas de una familia que tiene el encanto de ser de ninguna parte y de todas al mismo tiempo, donde la procedencia, el lugar de nacimiento es sólo un accidente, y tal y como estamos desmitificar el origen es muy oportuno.
Como me parece una novela interesante en la que también tienen cabida los recuerdos, les dejo algunos párrafos de la misma. Espero que les resulten interesantes.
¿Por qué dolerán así? ¿Duelen al regresar? ¿O será tal vez que sanan sólo cuando regresan, y uno comprende entonces que llevaban doliendo hacía mucho, los recuerdos? Sé que viajamos en su interior. Somos sus pasajeros.
Cuento con una carta y una memoria asustada. Una carta de mi abuela: blancas las páginas, con los renglones levemente azules, y Blanca también ella. La memoria asustada es la mía, aunque no me pertenece sólo a mí. Su miedo es el de siempre: el de desaparecer antes de haber hablado.
Me dispongo a viajar de espaldas. ¿Se volverá más veloz todo, mientras tanto?
ooo000ooo
Mi madre estaba alarmadísima. Yo no entendía bien. Le había dado a leer un cuento que me había llevado horas de trabajo, un cuento redactado con mi mayor esmero en un cuaderno a rayas y luego transcrito, dedo a dedo, en la máquina de escribir de mi padre. ¿A qué tanto revuelo? El argumento era sencillo. Un hombre perdía a su madre en circunstancias desconocidas y se dedicaba a descuartizar a sus novias, montándolas poco a poco como si de un rompecabezas se tratase, hasta componer la imagen de su madre muerta.
(No sigo para no romper el encanto del texto)
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