Bueno, ya la vi, con algo de retraso, pero es que aquí en Tenerife pasó casi desapercibida. No me enteré cuando la estrenaron a finales de enero, así que he tenido que recurrir a la cinemateca particular.
Me gustó mucho, la verdad es que Kathryn Bigelow es capaz de hacer un retrato de un personaje relativamente frecuente, aunque excepcional en el contexto que lo sitúa. Intentaré explicarme. La adicción al peligro se manifiesta de muchas maneras, determinados deportes y actividades de riesgo son el cauce para algunas personas amantes del peligro; el mundo de la delincuencia ofrece un camino a quienes quieren vivir poco, intensamente y morir de forma violenta, muy propio de grupos de jóvenes organizados en bandas.
Pues, la historia que nos cuenta la directora, la de un adicto al peligro, es el eje de la película; y la cuenta sin distracciones, sin mucho ropaje conceptual, nada de eso, una historia simple, como muchas. Esta vez nuestro personaje forma parte de un grupo de artificieros, un militar destinado en una zona de conflicto donde se dan todas las características de “guerra difusa” a la que se enfrenta Estados Unidos en la actualidad. Nuestro sargento artificiero actúa en las situaciones de peligro de forma individualista, temeraria y al límite del riesgo, eso le caracteriza; no tiene en cuenta el peligro para él, porque es lo que busca, y al mismo tiempo hace oídos sordos a todas las indicaciones, porque las consecuencias de su actuación a terceros no motivo de preocupación para él, no entra dentro de su esquema.
Hay dos o tres momentos geniales en los que se refleja qué y cómo piensa uno de estos personajes, que hace una labor, que vista desde fuera es grande, es decir arriesga su vida por salvar a los demás, pero aquí no se da esa condición y la directora lo deja claro, digo en dos o tres secuencias.
En esta película por su linealidad, no se pueden encontrar otras tramas con entidad que apoyen la descrita, en todo caso son rellenos para pasar de una acción de desactivación a otra; no busques tampoco la espectacularidad a la que nos tiene acostumbrado algún tipo de cine últimamente, así que en síntesis para mí esa es la película y el valor que tiene.
Críticas puedes encontrar muchas y muy variadas, desde las que dicen que no sirve para nada hasta las que la sitúan como casi película de culto, yo la dejaría en una historia singular muy bien contada y con escaso ropaje espectacular y conceptual.
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