martes, 5 de agosto de 2008

FALSA SOLUCIÓN


“El Gobierno de Canarias trabaja enconadamente para dar respuesta al problema del fenómeno migratorio, que desde hace más de un lustro representa una carga demasiado pesada para el Archipiélago”. [Diario de Avisos, 04/08/08].

Esto es el primer párrafo de la noticia firmada por José Luis Cámara y describe las medidas que piensa tomar la Consejería de Educación para atender a los menores emigrantes. Independientemente que pueda cuestionar lo enconadamente que trabaja la Consejería, es cierto que es un problema que hay que atender. El problema comienza cuando el modelo a seguir es el propuesto en Cataluña para el mismo problema, es decir segregar, sí segregar, han leído bien, para poder integrar. Esto suena como una incoherencia, un oxímoron, una negación sí mismo, suena como inteligencia militar o nacionalismo democrático. No parece una idea acertada segregar para integrar porque los emigrados no son tontos y tienen una capacidad de adaptación más que demostrada y el estar integrados plenamente en las aulas facilita lo que ahora se llama “inmersión lingüística” y que no es nada más aprender el idioma. Es cierto que hay que complementar la estancia en las aulas ordinarias con apoyos puntuales para un mejor dominio del idioma y dotarles de las herramientas que le permitan desenvolverse en la sociedad que les está acogiendo, por lo menos temporalmente. Insisto que la separación inicial no es buena, no sólo porque no integra, sino porque se crea un clima de rechazo entre los jóvenes, que ven a los recién llegados con expectativas y es fácil en ese momento que se caiga en los estereotipos que tanto daño hacen.

No es bueno, nada bueno, que se afronte la llegada de los emigrados de esta forma y la solución pasa por perder el miedo al “que viene de fuera” y pensar que no tenemos que hacer caridad sino justicia, que es lo que demandan quienes vienen en busca de un mundo mejor.

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