Desde chico había sido siempre “muy apegado al rincón casero” y volver a él significaba entrar en un clima apacible. Reposo profundo, después de la caminata; silencio, después de tanto estruendo; trato con libros y papeles, hartazgo colosal de lecturas, que le sirvió de correctivo de una deformación peligrosa porque “nada estrecha más la mente, apaga la imaginación y esteriliza el espíritu como la política activa y el gobierno”. Son recuerdos de 1937, que reviven un semestre en el que creía haber recobrado, con el rincón casero, el gusto por la lectura, por el silencio y la vida interior, abandonada en los dos años de gobierno. [pág. 354]
Santos Juliá, Vida y tiempo de Manuel Azaña, 1880-1940; Taurus, 2008
Pues sí que tiene razón don Manuel cuando dice que el correctivo para la estrechez de mente está en la lectura, lástima que no hagamos caso a su sugerencia con la diligencia debida porque esa estrechez de mente, y de miras, por descontado lleva a las personas a decir cosas que luego, cuando les dedica algo más de tiempo para la reflexión, seguro que se arrepiente, aunque no lo manifieste.
Ahora mientras escribía estas líneas y escuchaba un disco de Toumani Diabaté, regalo que aprecio mucho, me estaba acordando del alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, que con su salida de tono al convocar un gobierno de concentración frente a la crisis. A este llamado, que ningún miembro de ese ayuntamiento denunció por desorbitado y fuera de lugar, acudieron casi todos para no se sabe qué, salvo el posible reparto de poder.
Digo que lo del gobierno de concentración es un disparate mayúsculo porque para la gobernabilidad del municipio dispone de mayoría suficiente sin que haya tenido ningún problema para aprobar los asuntos que se han llevado a pleno. Otra cosa es que entre sus concejales hay alguna que le haría falta una sobredosis de lectura (me estaba acordando del famoso caso de las siglas ONG). Reitero lo de disparate en la propuesta del alcalde porque no creo que prevea un “caracazo” da la tensión social existente –en su mente, claro-. No me veo bajando desde el barrio de La Salud y La Cuesta con los vecinos para asaltar algún centro comercial en busca de alimentos. La verdad es que no.
Lo que creo que debería hacer es aclarar los presupuestos aprobados, si éstos se ajustan a una situación de crisis y cómo va a atender a las familias más necesitadas en el municipio, al tiempo que atiende otros deberes municipales.
En fin, don Miguel maree la perdiz del gobierno de concentración que a su llamado han acudido todos y en las filas socialistas, en la agrupación local de la capital ha metido a dos gatos en un saco. Los dos van a salir con marcas en la piel y usted se encargará de sacudir el saco las veces que haga falta.
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