Hace 63 años se liberó el campo de Auschwitz. La Humanidad no podrá olvidar ese y otros hechos que deberían sonrojarnos y haber servido de lección para gritar “nunca más”, algo que no hemos sabido hacer y seguimos cometiendo atrocidades que lamentablemente se convierten casi en cotidianas. Posiblemente alguna vez aprenderemos.
La liberación de Auschwitz o las trampas del lenguaje
Por Jack Fuchs *
Otro año. Otro 27 de enero más, fecha en la que se recordará lo que se ha dado en llamar la “liberación” de Auschwitz. 27 de enero de 1945. Pasaron 63 años ya. El lenguaje nos juega nuevamente una mala pasada.
Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, la gente me preguntaba cómo había sido “liberado”, cuál de los ejércitos aliados me había “liberado”. Yo fui también, durante años, preso de esa terminología y contestaba una y otra vez que había sido liberado por el ejército norteamericano. La realidad es que fui encontrado, en un cobertizo de una casa en el campo, en plena Bavaria. En 1945 yo estaba en Dachau, donde había sido trasladado desde Auschwitz. En los últimos días del mes de abril, hacia el final de la guerra, los nazis a cargo nuestro no sabían qué hacer con nosotros. Los aliados se acercaban, los soldados alemanes nos alejaban. Luego escaparon, dejándonos abandonados en un tren.
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