Aquellos tiempos en los que las huelgas las hacían quienes tenían salarios de miseria y condiciones de trabajo denigrantes, o donde se ponía en peligro la salud o la propia vida del trabajador. Estas cosas estaban poco consideradas. Ahora las huelgas, las reivindicaciones salariales y de mejores condiciones de trabajo las hacen grupos de trabajadores privilegiados como controladores aéreos, pilotos –de alguna compañía en concreto- y jueces. Sólo falta que los registradores de la propiedad, notarios, obispos y cardenales en ejercicio amenacen con iniciar una huelga y además indefinida.
En estos tiempos de crisis en los que el desempleo alcanza los tres millones de asalariados, un millón de esos trabajadores carece de subsidio de desempleo, y que no se produzca un estallido social, sólo es explicable, supongo, gracias a las redes familiares y a la propia economía sumergida, parece paradójico que sean los privilegiados quienes sustentan una reivindicación de este tipo. Creo que no cabe duda del intento de erosionar al gobierno que ahora tiene muchos frentes abiertos.
Lo dicho, que sigan los privilegiados de la sociedad en sus reivindicaciones y así podremos ver una manifestación de obispos a favor de mejoras salariales y condiciones de trabajo. Igual lo vemos.
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