Sí, ya sabemos que mantener la esperanza es, importante, muy importante para que cada día tenga algo de ilusión y de construcción del futuro, de planes por realizar, de deseos por cumplir. En fin hacer de cada día un día nuevo distinto al anterior, por lo menos en lo que concierne a las ideas, ilusiones y expectativas.
Si en el plano personal así, creo, que nos debemos plantear cada despertar, imaginen lo que son las expectativas puestas en el recién nombrado presidente de los EE UU. Ya ha pasado la marejada de ilusión, ya los analistas políticos buscan una actualidad más candente y la Administración recién llegada a la Casa Blanca tiene que trabajar. En esta tesitura Juan Gelman en su columna de hoy domingo en el diario Página 12 se interroga sobre los cambios de esta nueva Administración. Mejor lo leen si les apetece y sacan sus propias conclusiones. La opinión y reflexiones de Juan Gelman me parecen siempre muy acertadas por eso las traigo aquí. Que las disfruten.
¿Cambios?
Por Juan Gelman
Página 12
El flamante presidente de EE.UU. aseveró en su discurso inaugural que las cuestiones de seguridad nacional no deben afectar la vigencia de los derechos humanos. Bien dicho. Sus primeras medidas fueron el cierre de la base de Guantánamo en un año, la suspensión de los procesos incoados por tribunales militares a algunos de los 245 detenidos que allí siguen y la suspensión del régimen de torturas al que han sido sometidos. Bien hecho, sobre todo lo último. Los presos seguirán presos en otros campos de concentración que el Pentágono instaló ya en distintos países y Obama no dispuso que sus casos pasen a tribunales civiles, como demanda Amnesty. Estas decisiones sin duda interrumpirán el declive del más que dañado prestigio de EE.UU. en el mundo.
No parece que se modificará la política exterior: la estrategia del nuevo mandatario no entraña el cese de la guerra “antiterrorista” que la Casa Blanca desató, apenas un cambio de acento. Habló de una retirada de Irak “responsable” y no reiteró su intención de hacerlo en 18 meses, anuncio de campaña electoral que le atrajo muchos votos. Tampoco la mencionó al cabo de su reciente reunión con los capitostes del Pentágono para tratar el asunto y los comentarios del general Ray Odierno, comandante en jefe de las tropas estadounidenses en Irak, indican que tal vez Obama le da otro peso ahora a la palabra “responsable” (www.mccclatchydc.com, 21-1-09). El general señaló que la retirada dependía de las elecciones nacionales que se llevarán a cabo en Irak a fin de año. Imposible completarla en 18 meses.
La idea, por lo demás, no es sacar hasta el último hombre del país invadido. Más bien no. Colin Kahl, importante asesor de Obama durante la campaña electoral, señaló que EE.UU. debía mantener en Irak una fuerza de 60.000 a 80.000 efectivos al menos hasta fines del 2010 (www.prorev.com, 4-4-08). El New York Times (13-12-08) subrayó la “aparente evolución” del mandatario afroamericano en este tema, sólo que no la hubo: BO siempre mencionó la necesidad de dejar una “fuerza residual” en Irak, aunque nunca indicó la cuantía del “residuo”. Si se cumpliera la observación de Kahl, los muchachos tardarán en volver a sus hogares. Dicho de otra manera: la ocupación de Irak seguirá.
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