A mis 88 años, mis deseos para el Año Nuevo son que la gente ambiciosa y enérgica limite su apetito de pura y simple riqueza, y que todos los Gobiernos democráticos, de derecha, centro o izquierda, reconozcan que la prosperidad económica depende absolutamente de la confianza, y que ésta depende de virtudes tan anticuadas como la honestidad y la moderación.
El País, [04/01/09] Gabriel Jackson es historiador estadounidense.
Como creo que más allá del capitalismo no hay nada, me sumo al deseo de Gabriel Jackson porque además de la sensatez tiene la claridad de lo simple. Sí de lo simple porque por complicado que parezca el sistema financiero en particular y el económico en general se basa en una premisa elemental: la confianza y si ésta no tiene asideros todo el sistema se tambalea. Piensen es lo que nos lleva a ponernos en manos de un cirujano o en otro; a compartir con alguien cuestiones personales; a compartir proyectos profesionales y hasta personales. En fin que como dice G. Jackson, ojalá se pongan de moda la honestidad y la moderación porque son muy necesarias, ambas, pero si se hubiese limitado la codicia puede que ahora no estuviéramos donde estamos y el sistema no se habría desmantelado como lo ha hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario