Con este nombre ediciones Siruela en Debolsillo recoge la trilogía del autor sueco Henning Mankell compuesta por El secreto del fuego, 1995; Jugar con fuego, 2001; y La Ira del fuego, 2007, título que también da nombre a la trilogía. En un solo volumen aparecen en 2009.
Mankell en su etapa africana reúne en estos tres volúmenes la historia de la niña mozambiqueña llamada Sofia (sin tilde en toda la obra) y de su familia. Mozambique, antigua colonia portuguesa, depauperada por una larga guerra en los años sesenta y setenta para alcanzar la independencia, deja a gran parte de la población en los límites más extremos de la pobreza. Sofía forma parte de una de esas familias donde se materializan todas las desgracias imaginables. Huir en la noche de una matanza en su poblado, el andar sin rumbo a expensa de cualquier peligro, la pérdida de una hermana por la explosión de una mina anti persona, en la que ella pierde las piernas, la malaria, el SIDA, la precariedad alimenticia, son algunas de esas desgracias Mankell nos relata desde los casi nueve años de Sofía hasta que es una joven de alrededor de veinte años, tres hijos y abandonada por su marido.
Mankell tiene la capacidad para poner voz, sin estridencias, sin lamentos a Sofía y su familia, su madre Lydia, su hermana Rosa, que son como la voz de Mozambique que sufre las consecuencias de la convulsa historia africana. La corrupción local, la educación que casi no existe, la sanidad en condiciones de miseria, nos llega con contundencia a través de las descripciones del autor y de las palabras que pone en boca de los protagonistas. Comprender lo que pasa en gran parte del continente africano puede ser más factible si se hace de esta trilogía, porque no hay tablas de datos, no hay cifras de producción, de víctimas, sino historias, la historia de Sofía, que vive con empeño, con ilusión: “Tengo a mi madre y a mis hermanos”, pensó. “También tengo a mis dos hijos que están sanos, que ahora duermen y no tienen hambre. Cada día cuando se quedan dormidos y sé que no tienen hambre, siento que la vida vale la pena vivirla. Si yo hubiera muerto, mis hijos nunca habrían existido”, y así, puede que el elemento emocional haga más comprensible la realidad en África.
Les dejo con el comienzo de la trilogía. Espero que les resulte interesante
Ésta es mi historia,
que quiero que permanezca viva
en vuestra memoria.
El corazón africano
Es como el sol,
grande, rojo,
una tela de seda de color sangre.
El amanecer africano baila.
Con el sol naciente
Se alzan los primeros sonidos,
primero susurrantes, rumorosos,
y luego, al final, más y más fuertes.
Pero todavía es de noche.
Y Sofía sueña…
Gracias por remitirnos a esta obra.
ResponderEliminarEl comienzo es hermosísimo. Se perciben los rumores del amanecer al son del movimento.
Qué belleza!!!
La leeré.