En la calle están los contenedores de la basura, la basura en el suelo, los coches abandonados, algunos “guindillas” haciendo bulto, los perros vagabundos, los “sin techo”, las putas, los chaperos y todas las cosas que seguro estás pensando, mientras lees esta lista. Lo que no está en la calle es “la cadena perpetua revisable” y el “aquí no cabemos todos”, aunque el Partido Popular se empeñe y el señor Arenas lo grite en la calle Sierpes en Sevilla, o Esperanza Aguirre lo vocifere en la calle Serrano en Madrid, eso sólo se encuentra en esos reductos, o en sus mentes, que también actúan como reductos.
Mariano Rajoy y su tropa, envalentonados con las cifras de intención de voto, se han echado al monte, bueno más arriba, si cabe, porque siempre han estado ahí. Y explotan su vena más pasional despertando entre la facción más integrista que les sigue todos los odios y bajas pasiones posibles. Santiago Carrillo, hoy en el periódico Pública decía: “la derecha está otra vez como en el 36”. Duele pensarlo, pero creo que desgraciadamente tiene razón. Fomentar la xenofobia y una respuesta penal como la que propone es un retroceso, nos devuelve a principios del siglo pasado donde, argumentos parecidos dejaron a media Europa hecha un solar. Mejor sería no jugar con fuego porque por ese camino se empieza a percibir el tufo de las dictaduras.
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