jueves, 28 de enero de 2010

COPENHAGUE, MONTREAL. COINCIDENCIAS

Seguro que sin hacer un gran esfuerzo encontramos muchas coincidencias entre ambas ciudades, y casi seguro también que todas son agradables para los residentes y los visitantes. Queda excluido el tráfico y sus problemas, que si no… Se cuentan museos, rincones pintorescos, llamativos, tascas, restaurantes, tiendas, etc. Pueden seguir ampliando la lista.

Ahora bien, ambas ciudades van a cargar, como otras muchas, con el paso a la historia como lugares donde se materializó algún fracaso que afectaba a mucha gente. Copenhague es fracaso más rotundo y que afecta a toda la humanidad. No alcanzar un acuerdo para aminorar las emisiones de dióxido de dióxido de carbono, cuando las esperanzas estaban puestas en la presidencia de los Estados Unidos, adornada con un premio nobel, el de la paz; y la Unión Europea, que tiene mucho de europea, pero nada de unión, es motivo de sonrojo. Ya nadie se acuerda del cambio climático, no es noticia de primera, además encontramos a indios y chinos para echarles la culpa de la falta de acuerdo. Ya está, nos reunimos dentro de un tiempo, ahora toca México, aguantamos un poco la tabarra de los ecologistas, piensan esos que se reúnen, y seguimos. Fracaso tras fracaso.

En Montreal no se reúnen para el cambio climático, se reúnen para ayudar a Haití, pero como lo de la ayuda tiene que servir para presumir la Unión Europea, más de lo mismo, cada uno por su lado y algunos no dejándose ver mucho. Se marcharon de Montreal sin legar a ningún acuerdo en concreto con eso de condonar la deuda, organizar la seguridad, coordinar la ayuda que llega. Parece que fueron de turismo y poco más. Estados Unidos con cierta prepotencia tampoco ha auspiciado esa coordinación imprescindible en estos momentos en que Haití es actualidad, cada día lo es menos, aunque ya están acostumbrados porque debajo de estas ruinas, las del terremoto, están las acumuladas durante los últimos doscientos años, que algunos vecinos han colaborado para amontonarlas.

En fin, nada nuevo, todo sigue igual y a esperar otra catástrofe y así ejercer un poco la caridad, que tanto gusta y que da unas fotos que enmarcadas quedan muy bien.

Mañana escribo de libros.

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