Era una necesidad que los países miembros unificasen las titulaciones en todos los ámbitos de la enseñanza, especialmente en las universitarias porque no parecía lógico que el principio de libertad de movimiento de personas no estuviera completo si la formación adquirida en un país no se pudiera homologar en otro, sin embargo este profeso que nace en 1999, no sólo busca la homogeneización de titulaciones sino que va más allá dándole a la Universidad, con mayúsculas, un papel que se aleja a su concepción originaria, es decir, de formar, investigar en todos los aspectos concernientes al ser humano y a la sociedad que forma sin una finalidad economicista en exclusiva.
El plan Bolonia añade una dimensión al proceso de homogeneización que le da a la Universidad una finalidad puramente mercantilista y mira los criterios aplicados tienen que ver solamente con la integración en el mundo laboral, con lo que las humanidades salen muy perjudicadas porque la inmediatez en estudios como Historia, Historia del Arte, algunas Filologías o la Geografía, entre otras. Es cierto, que las universidades tienen que readaptar sus planes de estudios a nuevas necesidades, pero tienen que tener las puertas abiertas y fomentar el estudio de las Humanidades, por ejemplo, para poder entender la sociedad en la que vivimos, así que malos tiempos para quienes nos dedicamos a la docencia y les decimos a nuestro alumnado cuando acaba el bachillerato que tiene que elegir aquello que le gusta. Nos quedaremos sin las carreras de humanidades, me temo.
Por cierto, las perspectiva para la Universidad de La Laguna (ULL) no son nada buenas y eso se debe , en aprte, a la colaboración del Gobierno de Paulino
