La Unión Europea (UE) refuerza las medidas contra los emigrantes. Ya no es solo trasladar las fronteras hasta los límites de las aguas jurisdiccionales de los países africanos. Las patrulleras del FRONTEX se instalan como vigías que controlan las barcas que salen de las costas de Senegal o Mauritania atestadas de personas que buscan las oportunidades que ofrece el mundo desarrollado. Europa no les regala nada los usan como pañuelos de usar y tirar y ahora toca tirarlos. En este momento los miembros de la UE quieren endurecer las medidas contra los irregulares y aumentar el tiempo máximo de retención antes de la expulsión. El acuerdo de los países miembros para aprobar esta Directiva de retención donde se pierden las garantías para los irregulares se quiere hacer pasar como un avance, cuando la retención hasta dieciocho meses sin la intervención de un juez es un claro retroceso y un intento de presión para “desprenderse” de estas personas.
Espero que España no forme parte de los países que apoyen esta iniciativa y se sume a las propuestas de otros socialistas europeos que buscan afianzar la protección de seres humanos, aunque la intención es ampliar el periodo de internamiento de 40 a 60 días.
