miércoles, 28 de mayo de 2008


Cada día en el partido popular (PP) las coas se ponen cada vez peor. Andan con el cuchillo en la boca para darse puñaladas y cada uno de líderes de este partido aprovecha la menor oportunidad para lanzarse a degüello, ahora le toca a Mariano, después a Esperanza, en fin entre unos y otros están animando el cotarro.

La derrota dicen que es amarga y muy dura de soportar, porque cuando hay poder para repartir casi todo funciona, pero arrastrarse por la oposición parece que agota y quema más que gobernar. Y de eso se trata como se perdieron las últimas elecciones generales ahora toca cortar cabezas, pero qué pasaría si de esta guerra abierta se pasa a una división del partido, de manera que una parte representara a la derecha más rancia y decimonónica de este país, la que se cubre con las sotanas de los curas y obispos, huele a incienso, suspira por el ruidos de los sables en las salas de banderas, aparta a los más necesitados y ataca a los “desviados”. La otra parte se quedaría como un partido conservador de corte europeísta, que cree en el sistema democrático, las libertades individuales, la permanente búsqueda y consolidación de derechos, trabajo por el bien público (suena casi imposible, pero lo deberían intentar).

A lo mejor si optan por la escisión salimos ganando casi todos, pues dejaríamos de oír esta cantinela permanente que ya cansa. Por cierto, si tienen oportunidad lean las preguntas de Ibarretxe para consulta particular. No tienen desperdicio.