El pasado 15 de julio se cumplieron cuatro años de la muerte de Roberto Bolaño, escritor chileno que para algunos es el heredero malicioso de Borges, para otros la prolongación del mismo. Algunos críticos literarios afirman que esa prolongación no deja crear con total libertad a Bolaño. Como no soy crítico sino lector me permito recomendarles dos de sus obras, ambas publicadas después de su muerte: 2666 y El gaucho insufrible, ambas en Anagrama y la primera, también en Círculo de Lectores. 2666 es su obra monumental y propuso que se publicaran en sus cinco libros distintos atendiendo a su división interna y uno cada año. Con esta propuesta pretendía dejar solventado el futuro inmediato de sus hijos, tal y como le indicó a su editor Jorge Herralde. Si se ha publicado en un solo volumen ha sido porque el valor de la obra en su conjunto así lo requería según Ignacio Echeverría, amigo de Bolaño, depositario de los materiales inéditos.
El gaucho insufrible reune cinco cuentos y dos conferencias. No se lo pierdan.
El gaucho insufrible reune cinco cuentos y dos conferencias. No se lo pierdan.
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