Hasta cinco veces ha pedido Mariano Rajoy líder del Partido Popular (PP) las actas de las reuniones de representantes del gobierno y miembros de los asesinos de ETA. En ellas se encontraría la prueba irrefutable del engaño que ha sido la tesis mantenida por el PP a lo largo de los últimos meses. No aporta nada salvo la machacona insistencia en su petición, es cierto que Goebbels ministro de propaganda de Hitler insistía que una mentira repetida hasta la saciedad se convertía en verdad, o por lo menos así se le tomaba. El discurso mantenido por Mariano Rajoy no se sostiene porque si hubiera alguna prueba más contundente de ese sometimiento del Estado de Derecho a la banda de asesinos seguro que ya habría saltado. Aún así hay que esperar porque dentro de poco, antes de las próximas elecciones aparecerán dentro del llamado periodismo de investigación algunos papeles donde algún “arrepentido” contará las interioridades de esas reuniones. El Mundo puede ser un buen órgano de difusión de dichos papeles. En fin es verdad que el debate no ha dado para más porque Rajoy confunde Misión de Paz con Acto de Guerra; no se ha leído el contenido de la nueva materia de educación para la ciudadanía, aunque ayer le ofreció el Presidente un ejemplar de la editorial SM (Santa María) para que encontrara algo que significara o se acercara a ese catecismo socialista que dice que es el contenido de esta materia.
Mañana más.
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