Cuando te sientas a escribir sobre lo que has leído durante el día lamentablemente tienes que dar gracias a personajes como Chávez y los gemelos polacos porque te ponen fácil el comentario de los desmanes de los dictadores. El presidente venezolano anunció el pasado domingo en ese programa plural en las opiniones, abierto a la crítica y la participación: “aló Venezuela” la reforma de la constitución bolivariana para permitirle seguir gobernando más allá del año 2012; está prolongación del mandato sine die, casi, va a ser un privilegio presidencial porque la reelección indefinida de alcaldes y gobernadores favorecería la formación de “caudillitos regionales y locales”, palabras textuales. Pues ya está la maravillosa y tan aplaudida constitución bolivariana va a permitir la perpetuación en el poder de este líder populista que con estas medidas contribuye cada día a la fractura social y a sembrar la discordia que lamentablemente algún día se resolverá de forma violenta. Ahora me gustaría oír a los utópicos que afirman que América Latina camina gracias a líderes como Chávez. Cierto es que camina, el problema es hacia dónde.
Más cerca los gemelos polacos Lech y Jaroslaw Kaczynski advierten que no aplicarán la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Esta advertencia, que no sorprende, limita derechos fundamentales que son recogidos y reconocidos en el resto de estados miembros de la UE. Las purgas que pretenden los gemelos, así como las restricciones de derechos individuales de los homosexuales o transexuales, entre otros, son ejemplo de su política conservadora-reaccionaria. Pasará mucho tiempo para que la UE lime estas asperezas, que no son menores, pues afectan a derechos fundamentales y que no tienen nada que ver con el espíritu de respeto que se pretende en la UE. A esta posición reaccionaria de los gemelos polacos en cuanto al respeto de derechos individuales, se le puede unir la política de resentimiento que tienen con Alemania y ya tendremos los ingredientes necesarios para que la UE no sea una unidad y peor no se consoliden derechos individuales que son irrenunciables. El tiempo nos dirá
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