viernes, 10 de julio de 2009

EL G-8 Y LAS PROMESAS INCUMPLIDAS

Dirigentes de los partidos que forman el G-8, los países más ricos del planeta, y algunos invitados están reunidos en Italia. Hoy tercera jornada de trabajo, ¿he dicho trabajo? Se dedica a la seguridad alimentaria en el planeta. Estos jefes de estado, que están encantados de volver a verse, se reúnen, unas veces ocho, otras veinte, pero al final es un club, selecto, muy selecto en el que las reuniones se caracterizan por las declaraciones muy llamativas, por las promesas que contienen, y entre todos hacer una especie de carta a los Reyes Magos. La segunda parte es que esa carta a los Reyes Magos, o Papá Noel, como prefieran, termina en humo. El cúmulo de promesas de ayuda a los países subdesarrollados incumplidas debería sonrojar a los sucesivos firmantes de las mismas.

Uno de los temas que abrió esta cumbre del G-8 fue la limitación del dióxido de carbono limitación que estos países y entre ellos Estados Unidos se ha saltado a la torera o que no ha tenido en cuenta. EE UU no firmó el protocolo de Kioto y quienes lo firmaron lo han transgredido cuando les ha interesado comprando cuotas de emisión a los países subdesarrollados. El protocolo de Kioto le sirvió a EE UU para que Al Gore hiciera aquel documental trágico-patético, que le reportó pingües beneficios, mientras que cuando fue vicepresidente no movió un dedo para la firma del protocolo de Kioto.

Ahora estos países que a lo largo de los años han desoído las propuestas de limitación de emisiones de CO2, ahora se muestran contrariados cuando países como China, Brasil o India, los llamados “países emergentes” no aceptan limitaciones por entender que lo son a su futuro desarrollo. Es cierto que el compromiso debería de todos los países, pero también es cierto que no todos parten de la misma situación y no parece lógico que el compromiso recaiga en una parte, cuando los países más ricos tiene tras de sí una larga tradición de incumplimientos, así que no hay acuerdo sino promesas redactadas en esa carta a Papá Noel.

De la seguridad alimentaria mejor ni hablar porque es donde los incumplimientos de acuerdos tomados en estas reuniones tiene un impacto más directo, el calentamiento global es a futuro, el hambre es cada día. Las cifras de organizaciones no gubernamentales sirven de bien poco en la sensibilización de estos dirigentes que son quienes pueden tomar medidas de gran impacto, sin embargo saldrán de esta reunión con la sonrisa puesta, pero se seguirá pasando hambre en los mismo lugares y algunos que se van incorporando porque las cifras población mal alimentada en el mundo no disminuyen, aumentan, y lo hacen de forma cada vez mayor.

En fin, otra inútil reunión más que ente caso sólo servirá para que Berlusconi muestre a sus invitados los daños del último terremoto, les arañe algunos euros para la ayuda a la reconstrucción, cuente sus chistes y a lo mejor organice alguna fiesta, de esas que a él tanto le gustan.

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