En
ocasiones mis comentarios sobre los economistas, sus predicciones no son
muy a su favor. A veces pienso que
muchas veces se asemejan bastante a los astrólogos. Da la impresión que viven
en otro mundo, un mundo que se aleja demasiado de éste, el que habitamos el
resto de los mortales. Lo anterior surge después de la lectura de Cerocero cero (como la cocaína gobierna el mundo), Anagrama, 2014; de RobertoSaviano. Sigo sin entender como los gobiernos de los distintos países
no han afrontado este problema como un problema económico. La “guerra al
narcotráfico” solo genera más violencia y enquista un conflicto que necesita
medidas, pero no de índole militar. Hay que dar un paso más allá y
desenmascarar el inmenso negocio, la cantidad de divisas que se mueven, los
“empleos” que genera y las redes y tramas comerciales que se levantan como
esenciales para esta actividad.
Roberto Saviano, después de Gomorra,
2008 su vida cambió, pasó a la “clandestinidad” forzada por las amenazas de
grupos mafiosos (dedica su libro cero cero cero a los policías que le sirven de
escolta permanente). Bucear en los entresijos de este negocio que se mueve al
margen de la ortodoxia comercial y financiera, que no conoce más leyes que las
propias y el paradigma que las articula es la “la ley del más fuerte”, donde
los derechos individuales, de los trabajadores, o cualquier otra garantía
individual o social quedan al margen de el vaivén de la coca.
Como ustedes comprenderán un trabajo
como este que presenta Saviano remueve las aguas casi tranquilas de quienes
manejan este negocio. Se dan nombres, se sacan a la luz formas de actuar y como
no podía ser de otra manera, aflora la corrupción. Todo el mundo es susceptible
de ser corrompido, solo hay que saber el precio que hay que pagar, aunque es
verdad que en algunos casos casi están a precios de saldo determinadas
acciones.
En fin, casi necesaria su lectura
aunque sin caer en el pozo más profundo del pesimismo, sobre todo cuando nos
damos cuenta que vivimos en una sociedad en la que eso de elegir gobiernos
casi, casi es una anécdota, pero sigamos.
“No
existen títulos que coticen en bolsa capaces de generar el beneficio de la
cocaína. La inversión más arriesgada, la especulación más previsora,
movimientos rapidísimos de ingentes flujos de dinero que logran abatirse sobre
las condiciones de vida de continentes enteros, no consiguen una multiplicación
del valor comparable ni de lejos. Quien apunta hacia la coca acumula en pocos
años riquezas que en general los grandes holdings han conseguido en décadas de
inversiones y especulaciones financieras. Si un grupo empresarial consigue
meter mano a la coca, ostenta un poder imposible de alcanzar con cualquier otro
medio. De cero a mil. Una aceleración que no puede dar ningún otro motor
económico. Por eso, allí donde la coca es la economía de escala no existe más
que el enfrentamiento feroz y violento. Con la coca no hay mediación. O todo o
nada. Y todo dura poco. No puedes dedicarte al tráfico de cocaína con
sindicatos y planes industriales, con ayudas del Estado y normas impugnables en
tribunales. Ganas si eres el más fuerte, el más astuto, el mejor organizado, el
mejor armado. Para cualquier empresa vale que, cuando más tensas la goma, más
logras imponerte en el mercado. Si consigues tensar aún más esa goma con la coca,
entonces podrás vencer en todos los demás sectores. Sólo la ley puede romper la
goma. Pero aun cuando la ley localiza la raíz criminal y trata de arrancarla,
sigue siendo difícil que consiga encontrar todas las empresas legales, las
inversiones inmobiliarias y las cuentas bancarias que se han adquirido gracias
a la extraordinaria tensión conseguida mediante el polvo blanco.” [ob.
cit. págs.. 99-100]
No
me resisto a transcribir unas líneas que casi cierran su libro y que considero
muy interesantes y propias para una reflexión seria y profunda:
“Pero todavía me queda respeto. Respeto por
quien lee. Por quien araña un tiempo importante de su vida para construir nueva
vida. Nada es más poderoso que la lectura, nadie es más embustero que quien
afirma que leer un libro que leer un libro es un gesto pasivo. Leer, sentir,
estudiar, entender es el único modo de construir vida más allá de la vida, vida
junto a la vida. Leer es un acto peligroso porque da forma y dimensión a las
palabras, las encarna y las dispersa en todas direcciones. Lo pone todo patas
arriba, hace caer de los bolsillos del mundo monedas y billetes y polvo”
[ob. cit. pág. 483]
Para ver como se afronta el problema [++] leer aquí. Estas son algunas de sus conclusiones [++]
Para ver como se afronta el problema [++] leer aquí. Estas son algunas de sus conclusiones [++]
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