PhilipSeymour Hoffman (1967-2014). No es un tipo musculoso, ni su mirada es
la del seductor permanente de las promociones de perfume; tampoco tiene en su
filmografía papeles estelares en películas de monstruos ni cosas de esas. En
fin es alguien normal, pero excepcional como actor.
Este
fin de semana ha estado dedicado especialmente al cine (el plenilunio
municipal, aunque no había luna llena no distrajo mi atención). El interés lo
ha centrado un actor fuera de lo habitual, de lo que se lleva ahora,
El viernes tocó El hombre más buscado, 2014
del director Anton Corbijn y basada en una novela de John Le Carré. (unas
líneas para la queja y el lamento. Ir al cine un viernes a la sesión de las
veinte horas tiene el inconveniente de que compartes sitio con devoradores de
palomitas y refrescos, arrullados por sonidos de teléfonos y los diálogos, tono
elevado, que quede claro, con la persona acompañante pidiendo
explicaciones/aclaraciones. El remate lo ponen quienes se levantan y salen de
la sala para reponer vituallas o para aliviar algún apretón imprevisto causado
por la ingesta masiva de cotufas. Ante esto mi desazón llegó al límite cuando
descubro que entre el público estaba Willy García, el mayoral de Paulino Rivero
en la “televisión canalla”. Por un momento pensé que me había equivocado de
sala y pronto saldría la caballería en una nueva entrega del cine que le gusta
a Willy).
A pesar de lo anterior y con un
esfuerzo conciliador muy grande con el género humano (especie consumidores de
cotufas) disfruté del papel de Philip Seymour Hoffman como Günther, un espía a
la vieja usanza, dibujado por John Le Carré de manera magistral. El desaliño de
nuestro espía, su escepticismo y descreimiento solo caben en la piel de Seymour
Hoffman, así que ya contamos con los elementos esenciales
(guión-interpretación) para pasar un rato absorto en una historia que se
alimenta con la propia realidad. El islamismo radical, el terrorismo
internacional, el tráfico de armas son noticias de cada día en los medios de
comunicación. Del resto de actores, todos bien, pero destacaría especialmente a
Nina Hoss, que después de haberla visto en Bárbara (2012) me tiene
enamorado.
Si tienen oportunidad no dejen de
verla, así como tampoco deben obviar la novela de John Le Carré que es la base
del guión. Esa o cualquier otra novela vale también, por si no lo han
descubierto todavía.
El sábado en otro ambiente
supuestamente más recogido, más de ambiente de respeto por el cine (la realidad
dice que en el TEA no siempre es así, no hay palomitas, pero el resto de
añadidos sí) disfruté del trabajo de Philip Seymour Hoffman como actor y
director: Una cita para el verano, 2010, que casi llega de forma
clandestina a este circuito no comercial, entre otras cosas, porque el
protagonista murió hace poco de sobredosis y ha sido muy comentado este hecho
en los últimos meses. De no ser así creo que estaría perdida en cualquier
estantería de algún distribuidor.
Jack, nuestro protagonista,
conductor de limusinas es tan anónimo en su vida como el color del coche que
conduce. Negro su coche, negra su vida y un panorama negro. Creo que es anónimo
hasta para él mismo, así que su mundo, sus amistades tienen el mismo tinte, la
misma melancolía, pero viven, a su manera y con sus limitaciones. Las ilusiones
por vivir, por cambiar, por intentar conocer algo de eso que llaman felicidad
se despiertan en un momento determinado cuando conoce a Connie (AmyRyan), que también es alguien que carga con sus frustraciones, pero se
siente amada, sí querida por nuestro protagonista. (no cuento más).
Una cita para el verano (Jack
goes boating) es también un producto recomendable, creo que además
mucho, pero me temo que ni siquiera de forma fraudulenta se pueda ver, salvo
que haya interesados y curiosos que la suban a alguna página para compartirla,
pero no esperen nada de lo que ofrece el cine al uso. Que la disfruten, una u
otra si tienen la curiosidad de dedicarle algo de tiempo a este actor.
UNA CITA PARA EL VERANO
EL HOMBRE MÁS BUSCADO
No hay comentarios:
Publicar un comentario