Mientras Tirios y Troyanos están enredados en los sebadales de Granadilla arrastrados por las simplezas de Cristina Tavío, otros preparan el disfraz de mago/a (no me gusta el o/a, pero ahí va) para la ruta de la romería; los que quedan se dedican al partido del Tenerife con Las Palmas, aunque con un ojo puesto en las mesa de la calle de la Noria para el baile de magos. En fin casi todo igual, salvo que el número de parados se dispara, sobre todo en Canarias, y aquí parece que no se está por la labor. Algunos piensan que ya esto está acabado, que ya vamos camino de la recuperación, pero doña Rita, la consejera de turismo ya dijo hace algunas fechas que lo peor en el sector está por llegar, lo único sensato que se le conoce, ya que el verano puede ser muy duro, y no por las temperaturas, sino porque el turismo peninsular, lamentablemente, toma el sol en las colas del INEM.
En fin, sigamos unos con los sebadales, otros con lo del disfraz y mientras la lista de desempleados sigue creciendo, menos mal que funcionan, todavía, las redes familiares y, tristemente, la economía sumergida, de lo contario el descontento no lo paraba ni una serenata de los candidatos a las próximas elecciones europeas.
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