Que encontraremos a quienes se alegran de la gripe en México, es una realidad que cuesta discutir. Parece cruel y un acto incalificable pensar así, pero creo que es la realidad. Tampoco quienes piensan así muestran su alegría en público, lo piensan y si acaso ,y con boca pequeña, lo dicen, mejor lo murmuran. Tuercen el labio como una mueca, que en realidad esconde una sonrisa.
Sí, quienes se alegran están cercanos al negocio turístico y ven en esta pandemia que tiene su origen en México una oportunidad para desviar turistas con destino a Punta Cana, Rivera Maya y otros destinos en ese país, a otros que hacen competencia, por ejemplo a Canarias. No piensen mal, ni Bermúdez, consejero del cabildo de Tenerife, ni doña Rita Consejera del gobierno de Canarias, ambos de turismo dan saltos de alegría con la gripe porcina, pero tampoco lloran, están en un estado de ánimo intermedio, tirando a bien, es decir, traducen el mal ajeno en un beneficio para el sector turístico en las islas. Ahora la promoción exterior será: “Sol y playa, sin gripe porcina”. La competencia es la competencia y vale casi todo para mantener un sector que cada vez se tambalea más porque ha crecido tan desmesuradamente que ahora tiene por pies de barro.
En fin, no descorcharán el cava, pero alguna llamada a los grandes operadores si que habrán hecho para ofrecer este destino, Canarias, como alternativa. Qué débiles son en ocasiones las yugulares ajenas. Y, si pasara alguna tragedia aquí, ¿qué ocurriría?