miércoles, 14 de abril de 2010

LECTURAS: MADRID: EL ADVENIMIENTO DE LA REPÚBLICA. JOSEP PLÁ

14 de abril de 1931. Siete de la mañana

Me despierto, sacudido por el coche cama, me visto y me voy a desayunar al vagón restaurante. El señor Cambó, en la mesa del fondo, habla con un señor desconocido. Me hace una señal, me acerco y tras la presentación de rigor me siento a desayunar. El señor es un gran nombre de la burguesía catalana, un industrial importante. En el vagón todos hablan de lo que va a ocurrir. Nos envuelve un ambiente de profecía. El industrial sufre. Querría plantearle una cuestión al señor Cambó, pero no se atreve. […] El industrial contempla un rato el paisaje que huye y, de repente, la cara le sonríe.

-¿Qué quiere que le diga? –suelta, dirigiéndose al señor Cambó con una tartine au beurre en la mano-. Este paisaje no parece muy republicano.

-¡Coma y cállese! –contesta rápido el señor Cambó, con una cara dura y embarazada….

Hacia las once y media de la mañana

Salgo de la estación, encuentro una habitación en un hotel de la plaza de Santa Ana y enseguida me pongo en marcha. Compro los periódicos y entro en el café Riego (antes Fornos) para leerlos. El café está vacío. Me sorprende la postura de los periódicos, sobre todo la de los más ligados al movimiento republicano. Su punto de vista es que los resultados electorales del 12 de abril son muy importantes, pero que sería prematuro empezar a hablar de triunfo completo. En general, es como si quisieran dar a entender que unas elecciones municipales no pueden tomarse como una plataforma decisiva para cambiar el régimen. Hay que esperar a las elecciones generales para ver qué se debe hacer, y en definitiva, qué pasará.

En ésas, entra en el café mi viejo amigo C…, redactor político de uno de los periódicos más conocidos y leídos de Madrid.

[…] Acabo de hablar con don Fernando de los Ríos – contesta-. Está radiante. Dice que la República va a implantarse en España de manera indefectible antes de dos años.

-¿Es profeta don Fernando?

-En este país, casi todo el mundo lo es.

[…] Voy al Ministerio de Hacienda. Me pingo en contacto con entourage del señor Joan Ventosa, ministro del ramo. Ningún nerviosismo. Todos están de lo más tranquilos. Pregunto. Respuestas vagas. Vuelvo a preguntar. Me hago pesado. Tengo la sensación de que quien lo sabe todo y de que la consigna es mantener el secreto. Por fin consigo llegar a la mismísima raíz de la información.

-¿Quiere saber si va a venir la República? –me dicen-. Esto está resuelto desde ayer.

-¿Desde ayer a la salida del Consejo de Ministros?

-Exactamente.

Hacia las tres y media de la tarde

A esta hora, los pocos transeúntes que pasean por el cruce formado por la Castellana y la calle de Alcalá observan con asombro cómo una bandera sube lentamente por el mástil del Palacio de Comunicaciones. Al otro lado de la Castellana está el Banco de España, y en el otro ángulo de Alcalá, los jardines del palacio de Godoy, sede del Ministerio de la Guerra.

La bandera que sube por el mástil es la bandera republicana. La noticia corre como una exhalación y una riada de gente sale de los cafés y los establecimientos colindantes a ver la bandera.

[…] La bandera permanece inmóvil, porque no hace viento y la tarde está clara y magnífica –primaveral-. […] de la perplejidad inicial se pasa rápidamente al entusiasmo. Ha bastado un segundo. Una vez constatado el hecho, veo que el enorme gentío tiene tendencia a subir por la calle de Alcalá, hacia la Puerta del Sol. La cosa está consumada.

Josep Plá [1897-1981] publicó en estas crónicas de los primeros meses después de la caída de la monarquía, así como su particular visión sobre los acontecimientos es importante la que da de los personajes protagonistas de este momentos cruciales y de esperanza en España. Recomendable su lectura.

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