Ir al cine, que te cuenten una historia y salir encantado con ella es cada vez más difícil. Es verdad que hay cosas que ves, que te llaman la atención, que satisfacen el momento y si no eres muy exigente ese día acabas buscando las cosas buenas de la película, puede que te quedes sólo con la fotografía, por ejemplo. Con The ghost writer, acabas complacido, la historia es redonda, la cuentan limpiamente, sin alardes técnicos, ni saltos en el guión, tramas secundarias, nada de nada. El mejor cine político de los últimos años, así que no es una película que se pueda dejar de ver.
No les voy a contar nada de su director Roman Polanski, de los actores elegidos, porque seguramente sabrán todo lo que hay que saber y más, así que sólo es reconocer la capacidad para poner en imágenes una historia y que ésta nos llene.
Que la disfruten, ah por cierto, creo que tendremos que comprobar si la persona que ocupa la presidencia de la comunidad de vecinos de nuestro edificio también es de la CIA, por ejemplo.
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