martes, 6 de abril de 2010

LECTURAS: KANIKOSEN EL PESQUERO. TAKIJI KOBAYASHI


No creo que Takiji Kobayashi [1903-1933], escritor japonés, militante comunista y que murió después de ser torturado por la policía llegara a imaginar que una obra suya llegara a tener el éxito que tiene setenta y un años después de su publicación. Ático de los libros ha rescatado esta obra que consagraría a Kobayashi como un escritor proletario, aunque adjetivas la función de este escritor tal y como se hace en la solapa de su novela puede inducir al lector que se va a enfrentar a un panfleto carente de valor literario.

Posiblemente el realismo descarnado con el que describe la vida a bordo de un buque factoría japonés que se dedica a la pesca de cangrejos en las costas de la península Kamchatka, no ahorrándole al lector ninguna de las tragedias que allí se vivían. La mala alimentación, el maltrato, las enfermedades y todas las penurias y bajezas que nos podamos imaginar, y más se llevan a las páginas de esta novela.

Si ha vuelto a la vida, si la novela ha llegado a nuevos lectores, más de un millón y medio de lectores en Japón, es una cuestión para reflexionar. La ansiedad de los jóvenes ante las expectativas que se le abren cuando llegan al mundo laboral, donde sea, pero especialmente en aquellas economías que han borrado cualquier límite ético en el binomio aumento de beneficios empresariales y disminución de costes laborales, digo que se ha borrado cualquier línea divisoria y todo vale para conseguir multiplicar los beneficios. El cartel colocado al lado de una mesa era muy expresivo: “No hay que escuchar a los que hablan mal de la comida. Un solo grano de arroz es importante. Es la fuente de la sangre y el sudor. Hay que soportar las privaciones y las dificultades” [pág. 92]

¿Cuántos carteles llamando al sacrificio del trabajador, cuántas arengas de empresario y políticos piden a los trabajadores un espíritu abnegado ante la crisis? Pues como el escenario es otro, no un barco factoría cangrejero con más de cuatrocientos trabajadores a bordo, cualquiera que nos podamos imaginar vale, pero el mensaje es el mismo: sacrifícate trabajador por tu empresa y por tu patria.

En fin, les dejo con algunos párrafos de la novela y con el enlace de la película que se ha hecho, aunque igual aquí no la veremos. Que les resulte interesante la lectura.

“-¿Qué pasa? ¿Os tengo que levantar a golpes? –les amenazaba-. Este trabajo lo hacéis por la patria, así que os lo tenéis que tomar como si esto fuera la guerra. ¡Tenéis que arriesgar vuestras vidas, imbéciles!

Les arrancaba las mantas a los enfermos y los empujaba hacia la cubierta. Los enfermos de beriberi se golpeaban las puntas de los pies en cada escalón. Con una mano sea ferraban a la barandilla y se agarraban los pies con cada escalón. Con una mano se aferraban a la barandilla y se agarraban los pies con la otra para subir por la escalera. A cada paso el corazón saltaba como si recibiera una patada del mar.

El patrón y el capataz de los obreros atormentaban a los enfermos como si fueran unos hijos repudiados. Cuando trabajaban enlatando el pescado, los mandaban a cubierta a partir pinzas de cangrejo. Y, una vez habían terminado, los enviaban a poner etiquetas. Les obligaban a mantenerse en pie en el frío aterrador de la oscura factoría, cuidando de no resbalar en el gélido suelo, hasta que sus piernas tenían menos sensibilidad que un apéndice ortopédico; si se relajaban, las articulaciones de las rodillas cedían como bisagras rotas y, si caían, corrían el riesgo de no poder levantarse del suelo. [ob. cit. págs. 77-78]

Traíler de la película: [++]

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