domingo, 3 de octubre de 2010

CINE: EL AMERICANO. ANTON CORBIJN


Retratar la huida de un asesino a sueldo al que la vida ajena sólo es en muchos casos una cuestión económica, al que además se le intuye el final de su carrera “profesional” no es fácil, o por lo menos es un riesgo, ya que no es la acción trepidante un recurso que se pueda manejar aquí. Anton Corbijn lo intenta en "El americano"

Llenar la huida y posterior ocultamiento en un pueblo perdido en Italia sólo se puede hacer con la fuerza que imprime un actor como George Clooney, donde el derrotismo de una carrera acabada, los atisbos de una búsqueda de redención y la tensión de sentirse perseguido sólo es perceptible en su mirada perdida, la tensión de sus músculos faciales cuando percibe el peligro o en las sesiones de ejercicios más propios de un soldado espartano que otra cosa.

La historia es muy lineal y el protagonista tiene que llenar el tiempo porque el resto de actores juegan un papel muy secundario. La película es él, riesgo que corre con una trama que discurre a la velocidad que transcurren las cosas en los pueblos, donde el tiempo tiene una medida distinta al de la gran ciudad y hay espectadores que no soportan esa levedad en el tiempo, afirman que la “película es lenta”.

Se deja ver muy bien si no buscas un ritmo trepidante, un héroe de cómic o persecuciones en coche y balaceras. Disfrutarás con deleite de la película si saboreas el coñac o el estafado de carne igual que el cura y nuestro protagonista en alguna de las escenas.

También suena en la escena del bar “Tu vuo fa l´americano”. Les dejo el enlace.



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