domingo, 4 de octubre de 2009

ESCRIBIR MÁS

Hace unos días se quedó el ordenador en casa encendido y el correo abierto. Una amiga me mandaba un mensaje en el que desde hace algunos días, ya una semana no escribía y se preguntaba si me pasaba algo (agradezco enormemente esa preocupación porque es muy sincera). No pensaba en eso de la inspiración y esas cosas, se refería a algo más cercano y prosaico: si me encontraba bien o no.

La verdad es que de estado de ánimo casi no me puedo quejar, como siempre, escapando, hacia adelante, pero escapando. No es nada nuevo, como tampoco es nuevo lo del insomnio que me acompaña.

Bueno, volvamos de qué puedo escribir. De mis lecturas tengo algunas a medias como por ejemplo Un niño afortunado, el autor Thomas Buergenthal. Nacido en el gueto de Kielce, Polonia y actualmente juez de la Corte Internacional de Justicia, como sobreviviente a los campos de exterminio nazis siendo un niño, nos deja un relato muy emotivo y lleno de pasajes que aprietan el estómago contra el espinazo. Otra lectura a medio terminar es El segundo avión de Martin Amis, Anagrama, 2009; libro en el que se recogen los artículos y algún ensayo que ha publicado referente al 11-S. su lectura, pasado los años, trae a la actualidad cómo vivió aquellos momentos y el compromiso del que no se ha desligado. Tengo que reconocer que me ayudan a pasar las noches largas de insomnio junto con Octavio Paz, Marco Aurelio, Montaigne o el mismo Mankell.

Si no es por las lecturas lo que queda fuera es más de lo mismo, Madrid y sus olimpiadas, el G-20 y su declaración de intenciones en la que se promete mucho, pero se hace poco y si no vean como los directivos que van jugaba a la economía de casino, ahora lo van a seguir haciendo; los paraísos fiscales, lo eran y lo van a seguir siendo. En el ámbito nacional de los trajes de Camps se ha pasado a no se sabe qué de las contabilidades B, que al parecer han dado para más de unos trajes; de los impuestos, mejor no hablar porque casi todos sabíamos que han de subir porque las deudas hay que pagarlas, pero lo malo ha sido y es cómo lo han explicado, la confusión en la argumentación para defender la subida, los impuestos que se iban a incrementar, en fin que creo que lo han explicado mal.

En lo local, todo sigue igual, nada cambia. Las peleas de patio de vecindad y quítame allá esa corrupción y demás no dejan ver el futuro, así que a seguir aguantando a los mismos y las mismas memeces.

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