Cuando me recomendaron este libro, la soledad de los números primos del autor italiano Paolo Giordano; Salamandra, 2009, lo hicieron de forma genérica, es decir ese diálogo impreciso y muy general: “Te va a gustar”, “A mí me gustó mucho, ya verás”. Y así lo busqué, sin preguntar ni ver nada más. No me acordaba de haber leído alguna reseña y si lo hice no le presté mucha atención. Con estas premisas inicié la lectura y es verdad que ya hace un par de días que lo he terminado, se lee casi de u tirón, pero no había escrito nada porque estaba en el proceso de “digestión” de lo leído, y ahora sí creo que puedo indicar algo.
Con una prosa concisa, directa con pocos adjetivos, casi no los necesita busca darle fuerza a dos personajes que pasan por situaciones singulares y muy excepcionales en su infancia, hasta el punto que les marca a ambos de forma indeleble. Esos personajes se cruzan en una época muy dura como es la adolescencia, no es fácil ser adolescente , donde viven y sufren la etapa con la presión de los iguales que es muy cruel, siempre, pero en este caso se acentúan por su crueldad. La metáfora de los números primos gemelos define bien la relación que mantienen Mattia y Alice.
A medida que avanzaba en la lectura fui comprobando que la amargura de los primeros capítulos se va diluyendo a medida que nuestros personajes crecen, hasta el punto de perder el interés inicial y casi, casi parece una novela para adolescentes atormentados, aunque no es menos interesante para quienes tienen o trabajan con jóvenes, que el recurso fácil es pensar que lo tienen todo, que viven muy bien, cuando la realidad en algunos casos dice exactamente lo contrario.
En fin creo que su lectura puede ser interesante. Les dejo con una frase del texto: “Sí, lo había aprendido. Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida” [pág. 274]
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