martes, 25 de diciembre de 2007

SE ME OLVIDABA

Por si lo anterior no es suficiente, creo que las palabras recogidas en la misma referencia en la página 264 pueden ser ilustrativas. Es recomendable, muy recomendable leer a Grossman.
La aspiración innata del hombre a la libertad es invencible; puede ser aplastada pero no aniquilada. El totalitarismo no puede renunciar a la violencia. Si lo hiciera, perecería. La eterna, ininterrumpida violencia, directa o enmascarada, es la base del totalitarismo. El hombre no renuncia a la libertad por propia voluntad. En esta conclusión se halla se halla la luz de nuestros tiempos, la luz del futuro.
Vida y destino; Vasili Grossman; pág. 264

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