En defensa del nuevo director general de la televisión autonómica de Canarias se han levantado algunas voces, no muchas, aunque sí es cierto que se dejan oír pues disponen de los medios para que así sea. La defensa de Guillermo García se fundamenta en dos elementos, ambos buscan argumentos emocionales más que racionales y creo que por esa razón tienen poco bagaje para mantener una defensa. El primero de ellos hace referencia a la ya tan manida imposibilidad de triunfar en tu propia tierra, esa expresión: “ser profeta en su tierra” que tanto se usa y tanto daño hace. No he entendido nunca esta afirmación, pues siempre he creído y defendido que la idoneidad para el desempeño de cualquier responsabilidad está en función de la preparación, idoneidad, rasgos personales, etc. en definitiva una mezcla en la que la preparación es la esencia y que el “ser de aquí” no es determinante en ningún caso.
El segundo argumento para la defensa de Guillermo García es los años de experiencia profesional, locutor, que le ha servido para presentar galas del carnaval, festivales en los pueblos, programas de música y programas de entretenimiento. No sé si la locución en cuñas publicitarias e institucionales tiene que ver con su dicción o andar a la sombra del poder establecido. En este segundo apartado es donde creo que está parte de la cuestión, pues él se auto titula periodista y en una profesión donde el intrusismo es casi la norma no se cuestiona este hecho y se da por sentado que Willy es periodista y eso no es cierto es locutor, así que llamemos las cosas por su nombre.
Creo que con los argumentos que se intenta defender su idoneidad para el puesto de director general no se puede ir muy lejos, porque esto no es como en el ejército donde el valor se presuponía, pues el reto que tiene por delante esa dirección general es grande porque sacar la televisión autonómica del pozo donde está, poner en marcha una radio pública, cumplir las directivas europeas, mantener la pluralidad en los medios son algunos retos que necesitan una dirección clara e independiente y por supuesto preparada.
El no tener titulación universitaria no le descalifica personalmente porque para vivir no es y no ha sido esencial, pero sí lo es para ocupar determinados puestos de responsabilidad, no sé si éste de director general, pero que se diga que se ha formado en la universidad de la vida me parece una memez, porque en ésa estamos todos. Lo que sí es cierto es que el nivel de cualificación profesional lo dan los centros académicos y no la “universidad de la vida” como se pretende hacer ver, porque por esa razón mañana abro un consultorio de neurocirujano porque yo también estoy matriculado en la universidad de la vida, aunque se sepa la fecha de caducidad.
En fin ya ha sido nombrado, Paulino Rivero, depositará en él toda su confianza y sabe que ya tiene un ejemplo de que aquí en Canarias lo que hay es mucha envidia y fiebre de “titulitis” y para llegar donde ha llegado él y Willy sólo hace falta algo que explicarán en un próximo libro que escribirán conjuntamente en el que, con todo detalle, nos darán las claves para este tipo de triunfo. Será un gran éxito editorial. La consejera de educación ve peligrar su puesto.
El segundo argumento para la defensa de Guillermo García es los años de experiencia profesional, locutor, que le ha servido para presentar galas del carnaval, festivales en los pueblos, programas de música y programas de entretenimiento. No sé si la locución en cuñas publicitarias e institucionales tiene que ver con su dicción o andar a la sombra del poder establecido. En este segundo apartado es donde creo que está parte de la cuestión, pues él se auto titula periodista y en una profesión donde el intrusismo es casi la norma no se cuestiona este hecho y se da por sentado que Willy es periodista y eso no es cierto es locutor, así que llamemos las cosas por su nombre.
Creo que con los argumentos que se intenta defender su idoneidad para el puesto de director general no se puede ir muy lejos, porque esto no es como en el ejército donde el valor se presuponía, pues el reto que tiene por delante esa dirección general es grande porque sacar la televisión autonómica del pozo donde está, poner en marcha una radio pública, cumplir las directivas europeas, mantener la pluralidad en los medios son algunos retos que necesitan una dirección clara e independiente y por supuesto preparada.
El no tener titulación universitaria no le descalifica personalmente porque para vivir no es y no ha sido esencial, pero sí lo es para ocupar determinados puestos de responsabilidad, no sé si éste de director general, pero que se diga que se ha formado en la universidad de la vida me parece una memez, porque en ésa estamos todos. Lo que sí es cierto es que el nivel de cualificación profesional lo dan los centros académicos y no la “universidad de la vida” como se pretende hacer ver, porque por esa razón mañana abro un consultorio de neurocirujano porque yo también estoy matriculado en la universidad de la vida, aunque se sepa la fecha de caducidad.
En fin ya ha sido nombrado, Paulino Rivero, depositará en él toda su confianza y sabe que ya tiene un ejemplo de que aquí en Canarias lo que hay es mucha envidia y fiebre de “titulitis” y para llegar donde ha llegado él y Willy sólo hace falta algo que explicarán en un próximo libro que escribirán conjuntamente en el que, con todo detalle, nos darán las claves para este tipo de triunfo. Será un gran éxito editorial. La consejera de educación ve peligrar su puesto.
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