Lo confieso públicamente. Se me olvidó referirme al Rey. No, no, no me refiero al de aquí, España, sino al rey Elvis, él que no vio fronteras para sus fieles seguidores que le lloran después de tantos años sin que decaiga la devoción que algunos le tienen. Yo para celebrarlo estuve viendo el concierto que dio en Hawaii. El hombre estaba inmenso, no es sus mejores momentos pero era él, el verdadero.
Pues ya lo he dicho, mi confesión es pública, pero aprovechando que el barranco Santos pasa por Santa Cruz se me acaba de ocurrir algo, no es que sea para tirar cohete, pero igual se podría aprovechar. Para saber de qué va la cosa sería conveniente releer el comentario de Ya doblamos agosto. Imaginen por un momento el posible hermanamiento de Candelaria, La nuestra con la ciudad donde Elvis tenía su residencia. Si hermanamos esa ciudad, la cosa no es poco de pavo, pues se reunieron más de cincuenta mil personas, con Candelaria se podrían reunir varios miles de personas, a Candelaria va mucha gente, muchos no saben a qué, pero bueno, van y hacen bulto. Ambas peregrinaciones tienen en común la devoción sentida, una al rey en el caso de Elvis y a una Virgen en el caso de Candelaria. En el caso de Elvis la cosa parece muy sentida, las imágenes mostraban rostros muy afectados y lágrimas no de cocodrilo. En Candelaria se escuchan muchos vivas a la virgen y también se veían rostros muy afectados, puede que por el calor o la caminata, pero en definitiva se les veía afectados. La peregrinación sería alternativa un año en un lugar al siguiente en otro. ¿Se imaginan el discurso de Paulino lleno de referencias a las connotaciones de nuestra patrona con el rey? ¿Se dejaría Paulino las patillas? Todos nuestros políticos locales se harían roqueros totales y el año que tocara viajar habría que fletar varios aviones para llevarlos a todos, más o menos como a FITUR, esa famosa feria de turismo donde van todos los alcaldes, concejales, asesores y demás, pues a llorar en la tumba de Elvis se apuntaba hasta el gorrilla del ambulatorio de La Cuesta.
No es por dar ideas, pero en los viajes de mayores se podría incluir este itinerario y hacer un poco más de patria y analizar el maridaje intercultural que se encargaría de llenar de contenidos algún asesor, liberado él, mejor si lo sacan de la Consejería de Educación y le montan un programa de contenidos de interrelación cultural fundamentada en las coincidencias y similitudes entre la devoción mariana y la Elvisana? (me acabo de inventar este palabro).
Bueno, mañana más
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