No, todavía no la he cobrado, pero ya ha sufrido las consecuencias de su inminente llegada. Bajar a Santa Cruz y pasar por la librería todo es una, así que sin pensármelo dos veces, sablazo a la paga extra.
¿Por qué elegí cada una de las obras que están en este momento en la mesa? La verdad que en casi todas hay más de una razón coincidente y en otras ocasiones ya las he apuntado, aunque sea recurrente volveré a indicarlo. La primera razón es lo que llamo “leer sobre seguro”, seguridad que me da el conocer, por haber leído anteriormente, a los autores. En esta ocasión es el caso de Pennac, de sobra conocido, Como una novela, Anagrama, 1994 fue su punto de inflexión. Sus ambientes escolares son muy ilustrativos, aleccionadores y llenos de vitalidad por el realismo que viven. En esta ocasión toca Señores y niños, Mondadori, 2011. Va de lo mismo, así que a ver cómo soluciona nuevos planteamientos en la escuela.
H.M. Enzensberger con Hammerstein o el tesón, Anagrama, 2011 forma parte de acierto seguro y más en esta ocasión, eso creo, porque el tema me apasiona, el siglo XX, y ahondar en la disidencias del régimen nazi es un territorio relativamente poco explorado, así que en su “novela documental” puede que pueda encontrar el contrapunto a la ideología dominante en Alemania en momentos previos a la segunda guerra mundial. Habrá que leerlo con calma. De camino refrescaré algunas cosas que he leído de Sebastian Haffner como Historia de un alemán, memorias 1914-1933. Creo que ayudarán a ´mejorar la visión de ese momento y ese país.
Purga, de Sofi Oksanen, Salamandra, 2011 es una incógnita porque no he leído nada de esta autora y no, no es novela negra nórdica, tan de moda después del fenómeno de Larsson. Es la historia de viejas rivalidades familiares desde los ojos de las protagonistas. Los avales para su lectura están en primer lugar en la recomendación, recomendación hecha con cierta pasión por un compañero docente de la Universidad de La Laguna y que tiene ojo para las lecturas. La contraportada aporta datos de los premios obtenidos y volumen de ventas. Me quedo con el premio Femina de literatura extranjera en Francia. Ya contaré.
El ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez, Alfaguara, 2011 viene recomendada por otro lector empedernido y conocedor de la realidad colombiana desde el exterior, pero con conexiones cercanas actualidad de ese país. Es mi hijo, así que tendré que hacerle caso, aunque no es menos cierto que la Historia secreta de Costaguana, 2007, novela con la que conocí a Juan Gabriel Vásquez, no logré conectar, la reinicié dos veces y aún así la acabé, casi por obligación, pero que desapareció rápidamente y no dejó poso alguno. Tendré que volver a intentarlo.
En La era de Palomares, Eduardo Subirats [coordinador]; El viejo Topo, 2010 hay un cambio total de lecturas, ahora toca conocer un poco más esa España que barruntaba de niño y lo sucedido en Palomares el año 1966, tenía yo 12 años, era algo extraordinario, pero hueco de contenido, del que realmente tenía. Como dice Subirats en el prólogo: “Este libro reúne las voces de una memoria intelectual soterrada en una nación española hecha de silencios y mentiras. Su manuscrito ha recorrido durante dos años las censuras y mezquindades de la industria editorial y sus elites. Por eso señala un momento privilegiado de reflexión en una edad de estupidez y escarnio. Sus autores prorrogan un inacabado e inacabable exilio”. Firman esta obra Luisa Isabel Álvarez de Toledo, Juan Goytisolo, Jorge Castillo y el ya citado Eduardo Subirats.
Ya, este es el resultado de ese sablazo, ahora toca disfrutarlo, algo que haré con fruición.
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