A propósito de unos versos de Juan Gelman en lo último que de él se ha publicado: El Emperrado corazón amora, Tusquest, editores; mayo de 2011, en los que dice:
[…] Con los pedazos
de indignación y esperanza que
se les cayeron de golpe
se puede hacer una cuidad.
[La cosecha, pág. 257]
Me pregunto qué se podrá hacer con los cuajarones de inquina y resentimiento que se destilan de forma permanente. Una ciudad creo que no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario