Hoy ha sido un día un poco pesado, pero interesante, así que cuando llegas a casa y logras quitarte los zapatos, señal de descanso, lo mejor es leer algo. Estiro la mano y en la mesilla de noche un libro de poemas: “Tarde o temprano” de José Emilio Pacheco. Les dejo con uno de los poemas que he vuelto a leer. Espero que les resulte interesante.
PARA QUÉ SIRVEN LAS ESTATUAS
Nadie ha de permitir que lo condenen a una segunda forma
de muerte
Si deja que lo empareden a la intemperie
Y lo conviertan en estatua efímera.
¿Para qué sirven las estatuas?
Para dar
Compasión a los árboles,
Risa a los transeúntes,
Letrina a las palomas y otras aves;
Para que los airados
Pinten las maldiciones al poder;
Para que finalmente la derriben
Y las hagan pedazos
Las multitudes que en su furia son
El gran juicio final,
El veredicto de la Historia
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