1- No me gusta que llegue el viernes. Sí ya sé que anuncia el fin de semana, el comienzo del descanso y esas cosas, pero últimamente cuando llega el viernes nos enteramos que la bolsa se desliza por la pendiente, que en Europa no nos quieren, o si nos quieren nos piden más “leuros” para los mercados. Yo me imagino los mercados como una especie de agujero negro que atrae sin control el dinero, que es insaciable y no tiene colesterol, por eso no para de engullir lo que le van echando producto del saqueo del los bolsillos de los trabajadores y pensionistas.
2- Tampoco me gustan los lunes, y no es porque tenga que ir a trabajar, sino porque el fin de semana te lo has pasado oyendo a tirios y troyanos discutiendo como en patio de vecindad y advirtiéndote que todavía el lunes podría ser peor. La bolsa sigue pendiente abajo, sin freno y ya lo que queda es empezar a excavar.
3. La actuación del gobierno de Israel con la llamada “flota de la paz” no tiene calificativos. El despropósito cometido le resta credibilidad en los foros internacionales y enturbia los argumentos que pueda tener para su defensa.
4- El papel de Turquía en el desarrollo de su política exterior en los últimos meses es cuando menos desconcertante. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, junto al presidente de la república brasileña Luiz Inácio da Silva, firmaron un acuerdo sobre material nuclear con el demócrata de toda la vida y el presidente de la república islámica de Irán, Mahmud Ahmadineyad Briceno, también lo puedo copiar en persa محمود احمدی نژاد. No lo entiendo pero queda bien. Ese acuerdo no sé si obliga al presidente turco a cambiar su política con Israel, que hasta ese momento era de acercamiento entre ambos países, incluso Turquía participaba de la consideración que sobre Hamás tienen la Unión Europea y Estados Unidos, es decir, no es una ONG, tiene la consideración de grupo terrorista. Ahora parece que no, que son algo así como los defensores de la Paz o así. Algo está cambiando, ya nos enteraremos a medida que pase el tiempo y observemos con más detalle lo que pasa en Turquía. Por cierto la misma vehemencia en la defensa de las minoría se le debería ver al presidente turco con la población Kurda, que masacra continuamente y no se dice una palabra en este ancho mundo.
5- Los empresarios quieren la reforma laboral ya. Bueno lo que quieren es una rebaja en las aportaciones a la Seguridad Social, o mejor no contribuir y el despido libre y gratuito. No dicen así, pero lo piensan, seguro.
6- No me importaría lo más mínimo que la selección española de fútbol la mandaran para casa a las primeras de cambio. Mi vida, mi humor, mi grado de felicidad no cambiaría lo más mínimo. Ah, se me olvidaba, esa cantidad desorbita que les dan a cada uno por ganar, si vuelven rápido que la inviertan en algo útil.
7- Lo mismo, que Rafael Nadal ganara el domingo no me cambió el humor, ni la vida, ni nada. 8- Soy empleado público y no le pido a mi madre que le diga a sus amistades que soy pianista en un burdel.
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