Que llevo tiempo sin escribir, y no sé por qué. A lo mejor hay cierta pereza, o no sé qué. La verdad es que en más de una ocasión me he dicho: “siéntate a escribir”, pero no me hago caso y encuentro otra cosa que hacer, me pongo a la labor y la hago, aunque la verdad en alguna ocasión, más de una, me he pasado el rato “empamplinando” el tiempo, pero eso también forma parte de la cosas que hay que hacer.
La verdad es que hay cosas, temas que me interesan, que me mueven a la reflexión, pero no me pongo en situación y no escribo; como ejemplo de tema para reflexión fue el avance del Centro de Investigaciones Sociológicas [CIS] del barómetro de octubre, en el que los encuestados colocan entre las principales preocupaciones la corrupción, que desplaza, incluso al terrorismo, aunque bien podría ser que la ciudadanía considere a la corrupción política como otra forma de terrorismo. La madurez de la ciudadanía da pruebas, una vez más, de tener las cosas bastante claras, porque se atenta directamente contra el fundamento del Estado de Derecho, que tiene en la confianza uno de los elementos esenciales. Se abusa de la lentitud de la justicia, se aprovechan los “artificios contables” y demás triquiñuelas para violentar esa confianza otorgada por la ciudadanía. Quienes la quiebran y se aprovechan causan un daño sustancial, importante, y así lo recogen las preocupaciones de los ciudadanos.
El secuestro del “alakrana” en las costas somalíes me ha servido para reflexionar sobre lo que está pasando en esa zona, y por un momento me coloco en lugar de “los de allí”, sabiendo que nadie tiene derecho a privar de libertad a un semejante como han hecho los secuestradores. Digo lo de ponerme en lugar de “los de allí” para poder entender el expolio que están sufriendo las aguas de ese país, un estado fallido más, que no las sabe administrar, y cuando lo ha hecho es la corrupción lo que caracteriza a esa administración. Un estado como fallido como Somalia es presa fácil de quienes aprovechan la falta de control de sus aguas para convertir las mismas en un vertedero o si hay oportunidad para saquear los bancos pesqueros. Repito que no es excusa pero casi forma parte de los riesgos que se corren en el lugar.
La explotación, o el uso sin control de sus aguas jurisdiccionales de Somalia se suma a un nuevo colonialismo en gran parte de África. Algunos países, entre ellos China, aprovechan su poder económico para “alquilar” por periodos largos de tiempos grandes extensiones en el Continente para así asegurarse determinadas materias primas, entre ellas los cereales. La corrupción local y que los intereses de explotación son ajenos a la mayoría de la población local, el resultado será, seguramente, mayor exclusión para una parte importante de la población. En definitiva contribuir el desequilibrio actual.
De libros, también, sigo leyendo, pero no escribo sobre lo leído, y eso es algo que me ayuda, así que de forma abreviada les digo que acabo con la última entrega de la tetralogía de Philip Kerr: “Berlín Noir”. En Unos por otros, título de la última entrega, Kerr nos sitúa en 1949 y nos retrata la Europa del ese momento. El fin de la guerra deja numerosas heridas abiertas, muchos asesinos que buscan la manera de eludir la justicia que les reclama. Como en las obras anteriores de la tetralogía, el resultado es una obra atrayente y muy didáctica, recomendable porque a través de los ojos de nuestro ex policía, nuestro ex agente de las SS percibimos la Alemania, la sociedad alemana que vio nacer y crecer al nazismo. Muy recomendable.
Siguiendo con libros, tengo mucho interés en una autora húngara Agota Kristof, de quien me han recomendado una obra Claus y Lucas, El Aleph Editores, que es en realidad una recopilación de tres de sus novelas. Espero este fin de semana dar cuenta de parte de ellas, no mucho porque estoy de curso y eso detrae tiempo a la lectura.
También podrá hablar de cine, he visto poco, porque hay poco “visible”. Me quedo con la segunda entrega de Millenium y el ciclo de cine documental de la Filmoteca canaria, proyectado hace poco en los cines Renoir.
Bueno aquí acaba, por ahora, mi abandono. Tengo que disciplinarme en esta y en otras cosas, pero tampoco mucho.
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